El hombre nunca se enaltece tanto como cuando se arrodilla para ayudar a un niño…

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Hoy en día, todavía tenemos niños que carecen no solo de atención educativa y de salud, sino también de momentos de recreación espiritual que les permitan crecer sanos física y mentalmente.
Consciente de ello, Omar Castro Valdez, aprovechando un receso del grupo musical Los Scedreños, como es ya su costumbre, visita comunidades indígenas del municipio de El Fuerte y procura no ir con las manos vacías.
En esta ocasión se dio una vueltecita por el Centro de Educación inicial Indígena ubicado en el poblado El Téroque Viejo en el municipio de El fuerte.
Omar como le dicen de cariño los vecinos de este lugar, convivió con un grupo de 40 niños que reciben educación inicial debajo de los árboles, toda vez que la escuela no tiene energía eléctrica desde hace varios años y la sombra de frondosos árboles mitiga el intenso calor. “Les traje dulces y con mi acordeón cantamos música Yoreme; nos divertimos un buen rato”. Con toda humildad “me arrodillo ante estos niños, pues todo niño, -recalcó- merece crecer física y mentalmente en condiciones perfectas”; puntualizó Castro Valdez.

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