Hablar de democracia en México, es tentar contra las instituciones encargadas de llevar al cabo los procesos electorales y sumarle otras instituciones tales como las secretarías de estado, que bajo las órdenes del ejecutivo federal, se alineaban para acompañar al organismo encargado de hacer dicho proceso. La democracia en el país, es mejor conocida por los partidos políticos y los ciudadanos como el acarreo de gente o la compra de votos o por el intercambio masivo de enseres del hogar y despensas alimentarias, que por mucho tiempo vimos en cada elección que sucedía en México. Este escrito viene a colación por la elección del secretario general del sindicato nacional de petróleos mexicanos. Un proceso plagado de corrupción política y amagos por los mismos de siempre. Un proceso que se irá depurando conforme la gente deje de temerles a quienes se han encargado de sostener los fraudes en dichas elecciones. En un México donde los fraudes electorales han sido el común denominador, donde los sistemas de cualquier tipo se vieron afectados por el interés personal o colectivo de intereses abyectos. La democracia en México, no ha sido ejemplo para nadie, pues habremos de recordar lo que significó la “dictadura perfecta” en nuestro país, un modelo ejemplar para el mundo, pero que significó para nosotros los mexicanos un retraso descomunal donde floreció la corrupción y la impunidad, además de otras cosas como la violencia y el surgimiento de los cárteles delincuenciales. Sumándole a lo anterior el resurgimiento político de coyunturas a modo para perpetuar liderazgos políticos y económicos que velaron siempre por sus propios intereses. Al abrir la caja de Pandora, encontramos en primer lugar una democracia incipiente que nos abrazó por muchos años y dañó a muchas generaciones, ralentizando el desarrollo y el bienestar de la gran mayoría de los ciudadanos mexicanos. Democracia en México significó por mucho tiempo, fraudes electorales, quien quiera ver que vea. 01/02/2022. Oswaldo del Castillo.