Ante todas o todos los latrocinios puestos a luz del día, quién o quiénes se atreverían a defender al viejo régimen Legión de Peña y sus antecesores. Surgen a diario nuevos descubrimientos de lavado de dinero, de fraudes, de saqueos y de complicidades delictuosas entre los ex funcionarios de todos los niveles y de todas las oficinas gubernamentales. Un entramado de corrupción que incluye a científicos, a artistas, a funcionarios, a políticos, que daban cuenta de la verdadera realidad que México vivía y que aún persisten muchos en seguirla viviendo. Ya no hay excusa de que pienses en una ideología o que defiendas a un partido ni a un grupo en la cámara de diputados o en la de senadores. Es simplemente ver lo que tanto ellos no quieren que veas. Necesitamos ser idiotas para creerles o seguir pensando que los que aún no se van, quieran volver a gobernar. En los estados de la República, ciertamente ha ganado Morena, pero es tanta la corrupción que no dudo que esos que ganaron se deslinden de la promesa de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México. Escribí: ¿quién pagará los platos rotos? E hice referencia del colapso del mundo. Algunos de mis amigos lectores respondieron que eso no sucedía aún, pero sigo insistiendo que el mundo colapsó hace mucho tiempo; cuando le dimos preferencia a lo material y dejamos lo humano para después. Quizás exagero, pero se trata de reflexionar y cuándo es eso, pues necesitamos ver la verdadera realidad que se vive o vivimos hoy. Engañarnos no es ni sería lo correcto. Estoy más que claro que podemos remediar las cosas, pero es un trabajo de todos y de todos los días. Desde no cruzarse en rojo, hasta devolver el cambio que recibiste de más por el despachador. El mal no está afuera, pernocta con nosotros todos los días. Nosotros somos el mal. Las complicidades y las mentiras nos llevan a escalar cada vez más alto. Y cada vez escondemos lo que todos, sin esfuerzo, pueden ver en nosotros. Lo entiendo, pero no te engañes, tú sabes muy bien cuál es la realidad que vives. Ya no culpemos a los demás para esconder lo que realmente somos.
Oswaldo del Castillo.