OTRA VEZ YAQUIS Y TOMATEROS A ENTRADAS EXTRA.
No ubico el tiempo con precisión, pero creo que fue en 1971 cuando Tomateros de Culiacán y Yaquis de Ciudad Obregón se fueron a las 21 entradas y Juan Subi el de la pelota ensalivada y que terminó siendo un bebedor ya no sociable y casi en la ruina económica, fue el lanzador ganador en el añorado y respetado estadio Gral. Ángel Flores.
Horacio “Ejote” Piña (salón de la fama y su número 33 retirado del equipo), Pedro Ramos y un tercero no recordado por este columnista, habían lanzado por Tomateros. Estuve presente en ese extenso juego a partir de la séptima entrada en la antes famosa y democrática “puerta libre”. Ahora también está abierta, pero para abandonar el coloso guinda, que luce más hermoso, aunque con poco amor al béisbol. Antes se acudía por pasión y no a emborracharse o salir en la pantalla gigante.
Ahora, apenas el domingo anterior en la Liga Mexicana del Pacífico de Béisbol, Francisco Ríos gana el duelo de lanzadores por Tomateros de Culiacán a Yaquis de Ciudad Obregón por 7-3 en ¡19 entradas!
El Tomas Oroz Gaytán, fue testigo mudo de una derrota en una temporada no muy favorable, para un equipo que ya fue tricampéon y ante equipos que se han armado como si estuvieran en una guerra como Charros de Jalisco, que no escatima en contratar excelentes jugadores. Ya vendrán mejores tiempos para la tribu yaqui.
Culiacán, se ha mantenido entre los primeros lugares, pero es un equipo que no garantiza el campeonato ya que deja muchos hombres en base y su pitcheo es incierto en los momentos más claves. Benjamín Gil, tiene suerte en ganar partidos cuando no hace los cambios acertados y por arte de magia se le dan las cosas. El béisbol, es un cajita de sorpresas, como las mujeres enamoradas.
LUIS “PANTERA” NERY EN LA TRILOGÍA DE MEJORES BOXEADORES DE TIJUANA.
Primero fue Antonio Margarito y sus históricos choques sobre el ring contra el puertorriqueño Miguel Cotto y luego Erick “Terrible” Morales contra Marco Antonio Barrera y ahora Luis “Pantera” Nery, escribe la historia de la trilogía de los mejores boxeadores de Tijuana. Margarito casi quedaba ciego en desprendimiento de retina en una golpiza de Cotto.
Nunca desistió de retornar a los cuadriláteros, tiene la clase, sin las mismas facultades. Le pasó lo mismo a Morales y que al final se fue de comentarista con Televisa sin arriesgar su físico y su mente.
Nery, no parece tan inteligente y en su última pelea contra Arthur Villanueva de Filipinas en su descuido cayó a la lona y se repuso y obtuvo su victoria 25 por cero derrotas en el sexto round en el estadio Gasmart de Tijuana, su casa.
El campeón mundial gallo dará una revancha al japonés Shinsuke Yamanaka por el cetro avalado por el Consejo Mundial de Boxeo. Es un contienda arriesgada, de peligro y mas, si se efectúa en Japón, donde los jueces son muy exigentes.
ARMILLITA DEJÓ ESTE MUNDO Y DE LOS TOROS A LOS 59 AÑOS.
Y leemos: El matador mexicano Miguel Espinosa (Aguascalientes, 1958), Armillita, falleció este lunes a los 59 años. Su legado parte desde la familia. Su padre, Fermín Espinosa, también era afecto a los toros y le inculcó el arte de la tauromaquia.
Espinosa era mejor conocido como Armillita Chico, su padre fue considerado uno de los mejores toreros de su país en todos los tiempos. Triunfó en la Monumental Plaza de Toros de México en 1979 cuando logró la confirmación apadrinado por Mariano Ramos.
La despedida de Armillita en la plaza de Madrid fue en 2001. Su mejor año fue en 1991 cuando el diestro llegó a participar en cinco corridas. Uno de sus momentos más críticos fue en 1995 cuando una banderilla rígida prendida sobre el lomo de un toro le partió el esófago. En 2005, Miguel Espinosa anunció su tentativo retiro de la tauromaquia durante la famosa feria de San Marcos de Aguascalientes. Tras 30 años en los toros, se dedicó a la ganadería. “Lidié 1.330 corridas, en todos lados toreé, me presenté en casi todas las plazas del mundo taurino”, comentó Armillita al diario local Hidrocálido. En España se formó como novillero. Hasta que en 1997 decidió regresar a su país para doctorarse en la plaza Santa María de Querétaro el 26 de noviembre de 1997, uno de sus testigos fue el matador Manuel Martínez Alcira. En tierras ibéricas regresó en 1978 para torear 25 corridas, pero en septiembre de ese año tuvo que interrumpir su temporada por el fallecimiento de su padre. Fue hasta 1983 cuando Miguel Espinosa buscó confirmarse. Conquistó en Las Ventas ya en el rol de matador. Durante esa corrida también estuvieron presentes Manolo Vázquez y José Mari Manzanares.
“Con gran tristeza la muerta del maestro Miguel Espinosa Armillita. Su profundidad al natural será recordada siempre. En paz descanse”, escribió Arturo Macías, uno de los toreros mexicanos más reconocidos.