Las armas son y serán siempre la herramienta para la aniquilación. Fueron hechas para liquidar a la presa a distancia. La cercanía con ellas obedece a una relación cultural que establece condiciones favorables para ser usadas por quienes las tienen a su alcance.
El cine, las series, la apología de la guerra y los héroes fabricados por Hollywood, han llevado a las armas a pernoctar en los hogares del mundo. Aquí valdría explicar por qué menores de edad han sido los causantes de tantas muertes en los EEUU.
Está más que claro, que si un país tiene su economía basada en la guerra, este sufrirá las consecuencias de la misma. El Complejo Industrial Militar, es un instrumento que sirve para provocar la comercialización de las armas en todas sus presentaciones. Lo que aconteció últimamente en una escuela primaria de Uvalde, Texas, donde un joven de 18 años ultimó a balazos a 19 niños y a 2 adultos.
El hecho, por demás lamentable, debe tener una explicación más allá de si este joven, estaba o no bien en sus capacidades mentales. El hecho puede derivarse de muchas razones y no trato de explicar la fuente o el origen de ellas, simplemente del hecho de que el joven haya podido hacerse de un arma por el correo local de esa entidad.
El poder de las armas solo puede verse cuando se usan. Quitando la duda de su efectividad. En los EEUU, un joven menor no puede comprar cigarrillos o alcohol, pero si un arma, ya sea en la tienda de la esquina de su casa o por el correo local. La apología de las armas ha sido un factor determinante para el uso de ellas, en el país de la guerra, los héroes abundan en la pantalla grande y olvidamos que los niños se hacen adolescentes y luego adultos en que muchos de ellos, influenciados por esos actores y por lo que ven en su país, remedan las acciones llevándolas a cumplimentar en escenarios escolares, en tiendas departamentales o en los llamado mall o plazas comerciales.
Lo sucedido en Uvalde, Texas, no será el último escenario y la pregunta que está en el aire es quiénes y en dónde serán los próximos? Ciertamente que los miedos no cambian leyes, los intereses económicos si. La sociología de la guerra o del uso de las armas ya ha sido harto conocido, el problema seguirá siendo el comercio de esos artefactos que quitan la vida de niños y niñas en las escuelas.
Quizás por lo pronto la venta de esos instrumentos de muerte, pueda restringirse mediante una ley, pero las escuelas públicas o privadas deben ampliar la seguridad de sus alumnos. Por lo pronto, las armas seguirán alimentando las ansias de poder y riqueza. El gatillo siempre estará en espera de un dedo tembloroso por las ansias de ser jalado.
Oswaldo del Castillo Carranza