Nueve de diciembre, hoy; una fecha más del calendario…Para la región norte de Sinaloa y más allá de sus fronteras, el Nueve de Diciembre, fue una fecha que llenaba de orgullo a la otrora región cañera y como no lo iba a ser, si un nueve de diciembre de 1938, llegaba a esta parte del país la justicia para miles de peones, pues el presidente de la república Lázaro Cárdenas del Río, decretó la destrucción del latifundio de la United Sugar Company, propiedad de Benjamín Johnston…Pero, Hablando Claro, hurgando en los anales de la historia regional, el 9 de diciembre de 1938, hubo una gran concentración, creo, por los rumbos donde hoy es el hotel Montecarlo en Los Mochis. Hasta este lugar llegaron trabajadores de los 32 campos cañeros para escuchar el mensaje presidencial, a través del Ingeniero Gabino Vázquez, comisionado por el entonces Departamento Agrario, en el sentido de que a partir de esa fecha, se rompía el latifundio y que la tierra pasaba a manos de los que con sudor y lágrimas; y un mísero salario plantaban, cultivaban y hacía llegar al batey del ingenio la caña para producir el azúcar, cuya comercialización solo beneficiaba a unos cuantos gringos que vivían en la colonia americana –de la cual, quedan por ahí algunos reductos-… Los Campos cañeros, no tenían nombre, eran un número más en las estadísticas de Johnston; por ejemplo, el campo uno; fue bautizado con el nombre Francisco Villa, el siete es el Benito Juárez; el once el Flores Magón; el cinco el Plan de Ayala…. El campo número 8, registra en su historia, que en una reunión en la que participaron líderes visionarios como Don Eliseo Galaviz Bernal y Rosendo G. Castro; entre otros, acordaron que para perpetuar la fecha en la que se expropiaron las tierras de la United Sugar Company llevara este campo cañero el nombre de Ejido 9 de diciembre…Esta comunidad tuvo sus día de gloria, las relaciones de los dirigentes ejidales que incursionaron en política de gestoría social en los tres niveles de gobierno, lograron ponerlo como ejido piloto en obras sociales que le dieron nombre a nivel nacional… De aquí, del Nueve de Diciembre, salieron políticos como: Eliseo Galaviz, que fue diputado federal, Rosendo G. Castro, Senador, Raúl Rojo Díaz de León y Reynaldo Esquer Osuna, regidores; más tarde surgió Silvestre Pérez Lorenz, quien también estuvo como legislador local y federal. Además, cantera de funcionarios municipales y estatales que le dieron fama como polo de desarrollo…Desde hace rato, lamentablemente, arribaron a la dirigencia ejidal personas que cayeron en la más espantosa corrupción, antes que defender los intereses de la comunidad, se han dedicado a proteger a los nuevos latifundistas y desprotegiendo el patrimonio familiar. Y fomentando la ambición de “agarrar” unos cuantos pesos, han vendido demasías, brechas, bordos, guarda rallas, al parecer quieren vender la alameda ubicada frente al ejido por el Boulevard Rosales; poco les falta vender la cancha, la plazuela y el estadio… Llegó a tal grado la desfachatez, que se adueñaron de la parcela escolar de la primaria para usufructo personal, – parte de ella se la vendieron a COBAES. – todos estos atracos, con el consentimiento de autoridades estatales y agrarias pícaras y sinvergüenzas…El Nueve de Diciembre, pues, dejó de ser un faro que irradiaba luz de progreso en todos sentidos; hoy da vergüenza la degradación en la que cayeron las autoridades sometidas por el dinero. Aquellas concentraciones que se hacía cada año para conmemorar esta fecha; el nueve de diciembre, hoy; es solo una fecha más del calendario…La frase: “Todo por servir se acaba y acaba por no servir;” la decía la tía Cándida López. Soy Mario Castro; miembro activo del SNRP.