Un nuevo Hitler gobierna EU…!
El objetivo del gobierno, no importa lo que se diga (…): eliminar a los judíos de la vida alemana. (“En el jardín de las bestias”), Erik Larson
Desde el inicio mismo de su mandato presidencial Donald Trump ha demostrado su xenofobia, insultando a los mexicanos, calificando a los migrantes mexicanos como la peor basura de nuestro país, bloqueando la reanudación del Tratado de Libre Comercio con demandas negativas para México, promoviendo la retirada de inversiones norteamericanas de nuestro país, entre otras.
Pero la peor muestra de su xenofobia y brutal desprecio hacia los migrantes lo dio en días pasados con la aplicación de una política de “cero tolerancia” con la que procedió, no solo a separar a los niños de sus padres sino a meterlos a jaulas.
Revivió el señor Trump las terribles escenas del trato de los nazis alemanes a los judíos y sus hijos.
Si, las actitudes déspotas, inhumanas de Adolfo Hitler contra los judíos que llevaron al peor genocidio de la historia mundial con mas de once millones de seres asesinados, ya en hornos crematorios, ya envenenados, ya fusilados masivamente.
El holocausto con sus horrendas escenas retratadas en su momento y reproducidas en cientos de películas basadas en la historia de los crímenes del nazismo.
Hoy tenemos en el vecino país a un sujeto demente que el voto ciudadano le negó la presidencia pero se la dio el voto electoral que emiten los congresistas. Hillary Clinton obtuvo 2.8 millones de votos mas que Trump, pero en el colegio electoral, Trump se hizo de 290 votos contra 228 de Hillary y eso lo llevó a la Presidencia.
Engallado el ex conductor cómico de la televisión norteamericana de inmediato hizo sentir su xenofobia insultando a los migrantes mexicanos y de otros países, despreciando a México y los mexicanos y tratando de levantar un muro en la frontera por donde solo cruzarían libremente de allá para acá los norteamericanos y de aquí para allá la droga que demandan los millones de drogadictos que conforman el mercado mas grande del mundo de consumidores de todo tipo de drogas.
La puesta en marcha de la política trumpiana de “cero tolerancia” comenzó a aplicarse de inmediato y cientos de niños fueron separados de sus padres que entraron ilegalmente a ese país y metidos a oprobiosas jaulas.
Ver las fotografías de niños enjaulados nos recordó de inmediato las dantescas escenas de la era nazi en Alemania y los países ocupados y sojuzgados por el nazismo.
Nunca antes Estados Unidos, su Presidente, había mostrado un rostro tan inhumano como el de estas acciones que separaron familias, padres en una prisión, niños y hasta bebés arrancados de los brazos maternos y encerrados en jaulas como viles animales.
La peor vileza semejante a las terribles escenas del nazismo hitleriano, hoy cometidas por su émulo Donald Trump erigido en un nuevo Hitler.
Las críticas y condenas no se hicieron esperar encabezadas por México y seguidas por varios países, enemigos e incluso aliados por diferentes convenios con Estados Unidos.
Para evitar recomendaciones ante las reacciones negativas, Trump ordenó abandonar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Ha sido de tal magnitud la ola de condenas que provocó esa criminal acción, que Trump se vio obligado a desistir parcialmente de esa orden y el miércoles firmó una medida para “afrontar el problema de la separación de niños migrantes indocumentados de sus padres”.
El acuerdo establece que los niños ya no estarán enjaulados, pero serán encarcelados junto con sus padres hasta que sean deportados a su país de origen.
Solución parcial, los niños vuelven a lado de sus padres, pero a prisión!
¿Y donde están las organizaciones como Amnistía Internacional, la CIDH de la OEA, entre otras, que no se dieron por enteradas de este criminal abuso?
Lo cierto es que los organismos defensores de derechos humanos solo ven los problemas de otro país, pero no los que hay en territorio norteamericano.
Esta acción de Trump nos demuestra que tenemos un gobernante vecino intolerante, que desafía hasta a su Congreso y no duda en dar muestras de su xenofobia.
Al igual que Hitler que mandó sacrificar a mas de once millones de judíos para crear una raza superior de puros alemanes, su émulo Trump pretende que Estados Unidos sea un país ario.
Ahorita va contra los migrantes que con su trabajo han hecho crecer a Estados Unidos.
Mañana será contra los ciudadanos de color, negros o amarillos para que Estados Unidos sea solo de blancos tal como los arios que quería el dictador alemán.
Por eso bien vale recordar aquella frase de Porfirio Díaz: “Pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos.”