Volvió la lluvia de plomo…!
La violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso.
Jean Paul Sartre
Y el infierno pareció abrirse de nuevo en Culiacán, Mazatlán y otras ciudades de Sinaloa.
La última noche del 2017 y las primeras horas del 2018 las armas de todos calibres volvieron a estremecer, sobre todo a la capital del Estado y al principal puerto turístico de Sinaloa.
En Mazatlán el mismo Alcalde Fernando Pucheta pareció dar la autorización para que las armas volvieran a ser detonadas durante los festejos de año nuevo cuando conminó a los mazatlecos a “disparar con precaución”.
Desafortunada expresión que causó hilaridad y coraje en los mazatlecos y le costó un jalón de orejas al alcalde.
En Culiacán las medidas policiacas de vigilancia y tibias advertencias para los “gatillo sueltos” no hicieron mella alguna.
Hacía muchos años, bastantes, que no se escuchaba la metralla como sucedió en esta ocasión.
Los autores de disparos con armas de alto poder hasta se dieron el lujo de tomarse videos y subirlos a las redes sociales para presumir su prepotencia y el reto a las autoridades que simularon, porque no actuaron.
En la capital del Estado llovieron cientos, miles de balas disparadas por irresponsables sujetos.
Oficialmente solo hubo 56 denuncias de los centenares de balaceras registradas desde antes de la medianoche hasta las primeras luces del amanecer del primer día del año, pero ninguna policía encontró siquiera un casquillo ni bala, cuando, según pudimos apreciar en los videos hubo sujetos que disparaban cuernos de hubo y otras armas en plena calle.
Oficialmente se sabe de tres personas heridas por balas perdidas en Culiacán y una en Mazatlán, pero además hubo vehículos y casas dañados por impactos, en calles y patios de muchos domicilios cayeron los proyectiles.
En Mazatlán nos reportan que las balaceras fueron en mucho superiores a las de años anteriores, pero la policía “no se enteró”.
En la zona norte del Estado fue donde menos balaceras hubo. En Los Mochis fueron esporádicas.
El clima de terror fue tal en algunos sectores de Culiacán que las familias se refugiaron en las zonas más seguras del interior de sus viviendas. Nos reportan que algunas recibieron el nuevo año tirados en el suelo para evitar las balas perdidas.
¿Que sucede…?
¿Delincuentes demostrando su poder, retando a las autoridades?
¿Autoridades de seguridad pública que no cumplen eficazmente con su responsabilidad de prevención?
No bastan las estadísticas mostrando bajas en algunos delitos.
Se requiere que la ciudadanía tenga también la percepción de seguridad. Y lo de la noche de fin año y las primeras horas del año nuevo aumentaron la percepción de inseguridad que en algunas zonas llegó al terror.
Se requiere de programas preventivos, de orientación a la ciudadanía, de advertencia a los que gustan de disparar sus armas para sentir su poder retando a las autoridades.
De que se puede abatir ese problema, se puede.
Lo hizo el Gral. Rodolfo Reta Trigos, Comandante de la IX Zona Militar en 1985 que, apoyado por los medios de comunicación y organismos privados, realizó una campaña para que la ciudadanía denunciara las balaceras y logró que ese fin de año solo tres balaceras hubiese en Culiacán y dos de los tres autores fueron detenidos. El tercero se resistió y fue abatido.
Se requieren pues campañas de concientización y de prevención como las que en sus tiempos realizara el desaparecido Comité Estatal de Consulta y Participación Ciudadana del Consejo Estatal de Seguridad.
Es necesario reactivarlo, pero en serio, no como un ente simbólico o un florero (puras flores para el gobernante) como decía doña Meché Murillo.
El Gobernador Quirino Ordaz Coppel tiene en sus manos la decisión para que se emprendan campañas reales y de fondo para orientar y prevenir.
Y también la de exigir eficiencia a los responsables de la seguridad pública.
No deseamos más noches de terror en ninguna ciudad sinaloense.
No más lluvias de balas, ni en Culiacán, ni en Mazatlán ni en ninguna otra ciudad.