Conforme se acerca el fin de año, los seres humanos tendemos a hacer un balance de lo bueno y malo, de los éxitos o fracasos, de los que llegaron, de los que partieron, de los que permanecen. Es una etapa, un ciclo (como dicen actualmente), que se cierra y da paso a una nueva oportunidad de renacer.
En mi caso y antes de que pase más tiempo, quiero agradecer desde este espacio, la oportunidad brindada por los señores Leonel Solís, reconocido periodista, a quien le guardo un cariño y respeto muy especial que viene de años atrás gracias a su amistad con mi padre y quien me hizo parte del equipo de colaboradores, autorizado por Ramiro Valenzuela director de Así es la Política, en donde participo humildemente.
De igual manera al señor Oswaldo del Castillo, a quien respeto y admiro, por su inteligencia y sencillez, dandome la bienvenida y abrigándome en su Revista Digital Didaktica. La verdad, no sé si he hecho bien mi trabajo, sólo tengo la certeza de realizarlo con muchísimo gusto, responsabilidad y agradecimiento. Quiero hacer hincapié en la parte responsable que esto implica, ya que ni soy una experta y creo que disto mucho de serlo, sin embargo, creo que he mostrado aquí algunas veces parte de las muchas o pocas, según sea su valiosa apreciación, de las actividades culturales que en Culiacán se desarrollaron durante este año.
El ser humano es crítico y no es malo serlo, lo que no se debería, es hablar sin fundamento o con desconocimiento del asunto, viene a colación este tema, porque por muchos lados he escuchado que esta administración (tanto municipal como estatal) poco hicieron en el área cultural, que si MALOVA realizó obras de infraestructura sólo en su tierra, y cito los ejemplos del Museo Trapiche y el Teatro Ingenio, recientemente inaugurado, el cual sólo conozco a través de fotos y videos, del cual he podido admirar que es un lugar moderno, construido en predios de lo que alguna vez fuera el Ingenio en Los Mochis, Sinaloa, con una arquitectura moderna, sencilla pero funcional, con accesos para personas con capacidades diferentes, entonces, más allá del lugar donde este se encuentre, creo que vendrá a dar un rostro diferente al estado.
Tampoco voy a mentir diciendo que el ISIC luce olvidado en cuanto a sus instalaciones. Si mal no recuerdo la última vez que se invirtió dinero en su infraestructura fue durante el sexenio de Jesús Aguilar Padilla, pero indudablemente fue mudo testigo de varios espectáculos tanto locales, nacionales e internacionales.
Estimado lector, si bien es cierto el Gobierno debe, a través de sus programas, fomentar la cultura para el desarrollo de su pueblo, en mi humilde opinión creo que la cultura viene desde casa, de lo que tú como abuelo, padre, tío y hermano, fomentes, tan básico como el saludar, dar las gracias, pedir permiso, en el respeto, señores, como dice Benito Juárez, está la paz, (sin que suene a cliché), por qué de que te sirve ir a ver una obra de teatro, disfrutar una ópera, asistir a un concierto, leer cientos del libros, si tu educación está por los suelos, entonces digo, no le echemos la culpa al gobierno, ni a la escuela, de que no proporcione herramientas para elevar la cultura, si cuando asistes estás “whatsapeando”, hablando por celular, platicando con el de al lado.
Recuerdo en una ocasión durante una obra de teatro con los actores César Evora y Angélica Aragón, el primero detuvo el dialogo y dijo con su voz grave que lo caracteriza, dirigiéndose a una persona del sexo masculino que se encontraba entre el público, “si gusta y por respeto a la audiencia puede abandonar el teatro, aquí nos hemos dado cita para disfrutar una obra de teatro, si usted no tiene el más mínimo respeto y desea seguir conversando por celular, le pido se retire”, se hizo un silencio y todos aplaudimos.
Que nuestro propósito no sólo al final de este año, sino diario sea de renacer, de respetar, si empezamos con eso, lo demás vendrá por añadidura.
Gracias por tu tiempo, hasta pronto DM.