La Administración de Peña Nieto reforzará la asistencia consular para mexicanos en EE UU y evitará negociar NAFTA
A México le ha llegado la hora de enfrentarse a Donald Trump. Los temores en torno a sus lemas de campaña a la presidencia de Estados Unidos están tomando forma tras las elecciones. El presidente electo confirmó el fin de semana en una entrevista que planea deportar hasta tres millones de personas indocumentadas de su país, la mayoría de origen mexicano. Y este martes un documento de su equipo de transición confirma las intenciones de Trump de negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés). Ante este panorama el Gobierno de México ha comenzado a planear su reacción ante el vendaval.
NAFTA, que fue firmado en 1993 por los tres países, ha permitido que México eleve sus exportaciones a Estados Unidos hasta un 80%. La industria de la manufactura más allá de las ciudades fronterizas ha permeado a corredores industriales en casi todo el país. Guajardo no ha desvelado si México cuenta con un equipo de negociadores que puedan intervenir en caso de que la reestructuración del acuerdo sea inminente.
El Secretario ha insistido en que Trump comprenderá los beneficios que el tratado tiene para su país.“No nos podemos perder en la discusión antigua de la política tradicional arancelaria cuando lo que nos está quitando empleos manufactureros es la revolución tecnológica. Es el debate del siglo pasado”, comentó el fin de semana en un foro con empresarios. Los asuntos relacionados con un acuerdo que tiene un gran impacto en una región como la norteamericana podría llevar la discusión a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En plena turbulencia por la creciente incertidumbre, los analistas estiman que el Banco de México subirá el próximo jueves los tipos de interés, por cuarta ocasión en un año, ante la presión que la inflación tiene por la depreciación del peso mexicano. El economista Samuel García estima que la subida puede situar a las tasas de interés en el 5,5%, para hacer más competitivos los capitales invertidos en México.
García explica que aunque el foco está puesto en la relación comercial de México y Estados Unidos y en la política monetaria, el país latinoamericano debe, primero, prestar atención en sus finanzas nacionales. México posee una deuda pública que supera el 50% de su Producto Interno Bruto (PIB) y su recaudación fiscal, principalmente empresarial, podría estar en riesgo si Trump cumple la promesa de bajar los impuestos en EE UU. Esto forzaría al fisco mexicano a hacer lo mismo para ser competitivo con la inversión extranjera, un lujo que el país no puede darse. “El gobierno mexicano tiene que emprender acciones concretas y debe enviar señales a los mercados de que su nivel de riesgo no está aumentando con la incertidumbre sobre el mandato de Trump”, apunta.
El frente migratorio
De cara a la posibilidad de deportaciones masivas, el Gobierno mexicano reforzará a los 50 consulados en Estados Unidos para atender a los migrantes mexicanos. Exteriores hará pública este miércoles una campaña para difundir la protección consular y para pedir calma ante la tensión que los anuncios de Trump han generado en la comunidad mexicana en ese país. El cuerpo diplomático de México en Estados Unidos es el más grande que el país latinoamericano tiene en el mundo.
Peña Nieto, que durante la campaña en EE UU recibió a Trump en la residencia presidencial, ha prometido que defenderá los intereses de México ante un tablero que cambiará vertiginosamente en los próximos meses. “Habremos de trabajar con enorme pragmatismo, para acordar lo que útil y conveniente para México y para toda Norteamérica; y siempre en defensa de principios básicos, que no son negociables, como nuestra soberanía, el interés nacional y la protección de nuestros connacionales”, ha dicho. Fuente El pais.