Humorismo Semanario No. 1650

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Una familia feliz esta cenando, cuando el hijo dice:
– ¿Puedo hacer una pregunta?
El padre responde:
– Claro hijo, pregunta, pregunta.
– Papá, ¿cuántos tipos de senos existen?
El padre, un poco sorprendido, dice:
– Bueno, hijo, existen tres tipos de senos, a los 20 años, la mujer tiene senos como melones, firmes y redondos: de los 30 a los 40, son como peras, todavia bonitos, pero un poco caídos; a los 50, los senos son como las cebollas . . .
– ¿Como las cebollas, papá?
– Claro hijo, cuando los miras, te entran ganas de llorar …
Entonces, la hija, pregunta a la madre:
– ¿Y cuántos tipos de penes existen?
La madre, también sorprendida, mira hacia el marido y responde:
– Bueno, hija, un hombre pasa por tres fases distintas, a los 20 años el pene es como un roble, respetable y firme, de los 30 a los 40, es como un sauce llorón, flexible pero de confianza, después de los 50, el pene se queda como un árbol de Navidad.
La hija, sorprendida, pregunta:
– ¿Como un árbol de Navidad?
– Exactamente hija, muerto de la raíz a la punta y, con las bolas colgadas como decoración …

Una viejita encuentra a su nieta de 20 años desnuda y le pregunta:
-Hija y por que estas desnuda?
La joven le contesta:
-Abuela este es el traje del amor!!
Al otro día amanece la viejita desnuda y su viejo le pregunta:
Viejita pero que haces desnuda?
-Hay viejo este es el traje del amorrrrr!!!
-”Si vieja pero lo hubieras planchado!!!

La Historia de un Feo.
Voy a contarles mi historia, no es una historia de amor ni tiene un final
feliz, pero es la única que tengo por haber nacido así, feo, muy feo.
Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre, “hicimos lo que pudimos, pero salió”.
Mi mamá no sabía si quedarse conmigo o con la placenta.
Como era prematuro me metieron en una incubadora, con vidrios polarizados.
Mi madre nunca me dio el pecho porque decía que sólo me quería como amigo. Así que en vez de darme el pecho, me daba la espalda.
Yo siempre fui muy peludo. A mi madre siempre le preguntaban:
Señora, a su hijo, ¿Lo parió o lo tejió?
Mi padre llevaba en su cartera la foto del niño que ya venía en la cartera cuando la compró.
Una vez me perdí, le pregunté al policía si creía que íbamos a encontrar a mis padres y me contesto:
No lo sé, hay un montón de lugares donde se pudieron haber escondido.
Y para colmo era muy flaco, tan flaco que un día metí los dedos en el enchufe y la electricidad erró la patada.
Era realmente flaco, para hacer sombra tenía que pasar dos veces por el mismo lugar.
Pero mi problema no era ser tan flaco sino ser FEO.
Mis padres tenían que atarme un trozo de carne al cuello para que el perro jugara conmigo.
Sí amigos, yo soy FEO, tan FEO que una vez me atropelló un auto y quedé mejor.
Cuando me secuestraron, los secuestradores mandaron un dedo mío a mis padres para pedir recompensa. Mi padre les contestó que quería más pruebas.
Yo creo que no pagaron el rescate porque en casa éramos muy pobres, pero eso sí, a pesar de nuestra situación económica, somos muy honrados. Mi padre era tan honrado que un día encontró trabajo, y lo devolvió.
Por eso tuve que trabajar desde chico. Trabajé en una tienda de animales y la gente no paraba de preguntarme cuánto costaba yo.
Un día llamó una chica a mi casa diciéndome, “Ven a mi casa que no hay nadie”, cuando llegué no había nadie.
A mi mujer le gusta mucho hablar conmigo después del sexo. El otro día me llamó a casa desde un motel.
El psiquiatra me dijo un día que yo estaba loco. Yo le dije que quería escuchar una segunda opinión. De acuerdo, además de loco es usted muy feo, me dijo.
Una vez cuando me iba a suicidar tirándome desde la azotea de un edificio de 50 pisos, mandaron a un cura a darme unas palabras de aliento. Sus palabras fueron:
¡En sus marcas, listos!
El último deseo de mi padre antes de morir era que me sentara en sus piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica.

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