DANDO TOPES

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En este asunto de los topes en Culiacán, se ha dejado sentir en la comunidad cualiacanense una oleada de quejas que van más allá de una simple molestia.

Los topes, o los reductores de velocidad, como queramos llamarlos, no han sido bienvenidos a la población que circula por las viejas calles de una ciudad de primera, o de segunda, según lo vea. Esto debido a que por la existencia de tantos hoyancos en las calles nadie puede circular a más de 40 km/hr.

Agréguele usted que ante esta dificultad de circular libremente por la ciudad tenga que estarse parando o disminuyendo la velocidad de su vehículo, cada que aparecen los reductores de velocidad.

Por mucho tiempo los reductores de velocidad no han sido bien vistos y todo por el hecho de que retarda en tiempo la llegada a un sitio deseado, además de incrementar el consumo de gasolina por el constante parado o de la disminución de la velocidad, obligando al conductor a un aceleramiento permanente de una velocidad que aumenta el consumo de la gasolina.

Los topes son sin duda un reflejo de la inconsciencia de la ciudadanía que transita en vehículos nuevos o viejos, ignorando los límites de velocidad. Tomamos las avenidas como pista de alta velocidad.

La educación vial no es otra cosa que el hacer consciencia de la forma en que debemos circular por la ciudad y con las precauciones debidas para evitar los accidentes.

Si la instalación de topes en la ciudad reduce el número de accidentes automovilísticos, estaría de acuerdo con su instalación.

Si la instalación de topes reduce el consumo de combustibles, también estaría de acuerdo.

Si la instalación de topes ayuda a mi auto a salvaguardar las partes mecánicas de la suspensión y del sistema de frenado, estoy de acuerdo con la instalación de ellos.

Pero si no hay una demostración, de manera concluyente, que los topes ayudan a disminuir los accidentes de tránsito, el consumo de combustible o la disminución del desgate del vehículo, entonces para qué los ponen.

Estoy de acuerdo que hay lugares en que se hacen obligados.

Hay lugares en que existe una intensidad vehicular que amerita detener al vehículo para dar libre paso a personas que lo necesitan. No así en vías rápidas, que lo único que se gana con los reductores de velocidad es la acumulación vehicular, incrementando la contaminación ambiental.

Creo que se hace necesario contar con la opinión de los expertos en el tema. Por el bien de todos, las consultas profesionales siempre son obligadas cuando la decisión que se toma involucra acciones que ayudan o impiden la buena marcha de la ciudad.

Así sea.

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