“¡Hay que ir a coger gachupines!…Es el 15 de septiembre una fecha que todos los mexicanos recordamos con honor, es el día que levantamos la bandera más bonita; es el día que recordamos lo que hidalgo principio…Sí, estas frases, forman parte de la canción 15 de septiembre, compuesta por José Alfredo Jiménez, para recordar con música y en el corazón del pueblo, vibre el orgullo de ser mexicanos… Pero, Hablando Claro, Según datos que guarda en sus páginas de oro la historia, aquella noche, la recámara del párroco Miguel Hidalgo, en el pueblo de Dolores, se convirtió en el sitio final de la conspiración. Eran entre las doce de la noche del 15 y la madrugada de un 16 de septiembre de 1810…En el interior de la casa parroquial, había luces y bullicio. El cura se encontraba con el militar Ignacio Allende y varios hombres: Juan Aldama, había llegado desde San Miguel el Grande, para dar la noticia de que la conspiración para levantarse en armas semanas después en San Juan de los Lagos, estaba descubierta…Sereno, pero enérgico, Hidalgo comenzó a dar órdenes: A su cochero Mateo Ochoa, le pidió llamar a José Herrera y a los pocos minutos comenzó a darse en la finca más movimiento de gente. Mariano Hidalgo, también recibió órdenes de su hermano. En un instante, apresurados, ocho serenos llegan armados a la habitación. Frente al grupo, el cura Hidalgo alza los brazos, golpea la mesa y exclamó, con voz fuerte y sus ojos verdes avivados, brillantes: “Caballeros, somos perdidos: Aquí no hay más recurso que ir a coger gachupines”… Esta frase, sin duda, representa el verdadero grito de la independencia, expresada una vez tomada la decisión de tomar las armas; en ese preciso momento, motivada, en mucho, por la circunstancia. En su terruño, con su gente, Don Miguel Hidalgo, de esta manera, hubo de tomar el liderazgo del inicio del movimiento…Las hondas, los machetes, los cuchillos y las lanzas, fueron repartidas por las propias manos de Hidalgo, quien encabezando el grupo caminaron unos pasos y, con pistola en mano, obligó al alcalde a liberar a los cincuenta presos de la cárcel local, quienes de inmediato, se armaron con piedras, hondas, palos para unirse al movimiento…Ignacio Allende, con formación militar se encargó de organizar a la gente reclutada, integrando pelotones, nombrando jefes entre los más sobresalientes y los voluntarios. Poco a poco se fueron sumando más de los lugares vecinos y a todos se les prometió un salario diario de un peso a los de a caballo y cuatro reales a los de a pie…Así fue, según la crónica de Kiosco de la Historia, el inicio de la lucha por romper las cadenas de esclavitud impuesta por la corona Española a la nación mexicana, durante 300 años. Este movimiento que abarcó cuatro etapas, culminó el 27 de septiembre de 1821, con la entrada del ejército Trigarante a la Ciudad de México encabezado por Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide…La frase: “¡Viva México gritemos, que aunque estemos como estemos; no nos echamos pa’ tras!”; la escribió José Alfredo Jiménez. Soy Mario Castro, servidor de usted.