Los Puntos Sobre las ÍES…

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Criminales caprichos…!

Las órdenes y las costumbres tienen una cosa en común: parece que vienen de fuera que se te imponen sin pedirte permiso. En cambio, los caprichos te salen de dentro

                                                                                                          Fernando Savater

Acaba de fallecer en Mazatlán el Dr. Arnoldo Millán Montoya, que laboraba en el Hospital General del puerto.

Es uno mas de las decenas de trabajadores de la salud que han perecido víctimas del coronavirus y de la caprichosa criminalidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador que antepone a la urgencia de proteger debidamente al ejército blanco la continuación de las obras que por su capricho tienen prioridad en el gasto público federal.

Primero está el tren Maya que cruzará rozando su rancho “La Chingada” en Tabasco y que arrasará en su construcción cientos de kilómetros de selva, la refinería de Dos Bocas que se construye en zona inundable, el aeropuerto de Santa Lucía que con lo que se le ha invertido ya se hubiera terminado el de Texcoco proyectado para ser uno de los mejores del mundo… así como otras obras con inversiones multimillonarias.

También en días recientes fallecieron los Doctores Miguel Angel Rodelo del hospital gineco-pediátrico número 2 del IMSS en Los Mochis y el Dr. Edén Guatemala Peñaloza de la clínica de IMSS y el hospital General de Escuinapa que hace un año llegó a Sinaloa procedente de Michoacán y hace cinco meses perdió a su padre también víctima del virus.

Son mas los médicos y las enfermeras y enfermeros que han fallecido tan solo en Sinaloa víctimas del Covid 19, infectados al prestar sus servicios atendiendo a pacientes afectados sin contar con la protección adecuada.

Hay información que indica que la tasa de contagio entre el personal de salud por el virus Sars-Cov-2 en México es seis veces mayor que en China y el doble que en Italia.

De acuerdo con información de Amnistía Internacional en México por lo menos se han registrado alrededor de 2,600 trabajadores de la salud que han perecido al contraer el letal virus. Entre ellos alrededor de 220 enfermeras y casi 90 enfermeros.

Los trabajadores de la salud que conforman el ejército blanco que está luchando contra el virus arriesgan su vida en acciones verdaderamente heróicas pues el gobierno federal no les ha proporcionado los equipos de protección adecuados.

Los que les enviaron, que no alcanzaron para todos, no eran los adecuados, no brindaban la protección suficiente y muchos médicos tuvieron que comprar por su cuenta lo necesario para medio protegerse.

Los resultados de ese abandono, de esa criminal desidia, son las víctimas mortales en el sector salud.

No quiso el gobierno federal invertir lo necesario para adquirir los equipos porque las prioridades del gobierno de la 4T no están en el sector salud sino en las obras que el capricho del presidente quiere sacar adelante.

No le importa que los médicos, las enfermeras, los trabajadores del sector salud arriesguen sus vidas y las de sus familias todos los días para cumplir con el juramento hipocrático de atender a los enfermos.

Las medallas, los reconocimientos, los minutos de silencio en memoria de los miembros de ese ejército blanco caídos no les devolverán la vida, no compensan con nada su sacrificio.

Eso, en el sector salud.

Mientras tanto en el país, este jueves llegamos a 1´899,820 mexicanos infectados, con 162,922 fallecimientos.

Esto, según las falsas cifras que a diario da a conocer el sector salud, pues de acuerdo con las estadísticas del INEGI en lo referente a fallecimientos por el virus hay un sub registro de 45% tan solo en los primeros siete meses del 2020.

Grave, muy grave es la situación y lo peor es que nuestras autoridades federales se empeñen en ocultar y falsear la información.

Además de priorizar la vacunación a varios miles de los llamados “servidores de la nación” que no son otra cosa que activistas de la llamada cuarta transformación.

Las prioridades del señor López Obrador, repito, son criminales pues antepone sus obras y acciones caprichosas a su obligación de priorizar la atención a quienes exponen y dan su vida atendiendo a la población infectada por la pandemia.

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