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TRANSICIÓN
La pandemia.. ¿Suspenderían elecciones?

¿Se podrían cancelar las elecciones por obra y causa de la pandemia? Esa es una ruta de la cual se empezará a hablar con mucha insistencia en las próximas semanas.
El supuesto contagio de Covid del presidente López Obrador –hay quienes lo creen y quienes no- ha metido de nuevo el tema de la pandemia al centro de la discusión política nacional.
La politización de este tema se dio desde el principio. Siempre lo advertimos. El presidente y su gobierno tomó la decisión de politizar el tema, en lugar de verlo como un tema de salud pública. Por encima de salvar vidas, el presidente puso por encima su prioridad de salvar y conservar su poder.
¿Cuáles son los resultados de su pésima decisión? Han muerto cientos de miles de personas.
Por más que el Presidente haya querido sacar raja política de la pandemia, primero advirtiendo que esa enfermedad era de los ricos y no de los pobres, al final han sido los pobres quienes más muertos han puesto en la cuenta final.
Han sido los pobres, quienes no han encontrado una oportunidad de atenderse adecuadamente con medicamentos suministrados a tiempo por el propio gobierno como sí sucedió en todos los países del mundo, y han sido los pobres, quienes no han encontrado tampoco una oportunidad de recibir la atención adecuada en los hospitales públicos.
Los números oficiales del INEGI, que son los números oficiales del mismo gobierno, lo dicen todo. El 58 por ciento de las muertes por Covid, no ocurre en los hospitales, sino en las casas de los enfermos.
Es decir, el gobierno federal lleva más de 153 mil personas muertas en los hospitales, pero 184 mil más han muerto en sus casas, sin medicamentos y sin oportunidad de atenderse en un hospital, según los datos del propio INEGI.
¿Y de qué sector o clase social son estas personas que mueren en sus casas sin una oportunidad de atenderse? Efectivamente, de la clase social más pobre.
Con este solo dato real y oficial, el presidente entró en una grave crisis política y social cuando se descubrió y documentó la vacunación de los servidores de la nación –su ejército electoral- antes que vacunar a la comunidad médica que es la que se expone y arriesga su vida todos los días por salvar la vida de los demás.
El presidente una vez más privilegió la política que la vida y la salud de las personas.
Con este contexto, el presidente supuestamente se contagia de Covid y la politización del tema una vez más se pone en la mesa de la discusión nacional. La polarización aparece una vez más.
Muchas posturas a favor del presidente deseándole una pronta recuperación y muchas posturas en contra presumiendo que es falso que el presidente esté contagiado. ¿Cuál es la verdad-verdad?.
Hasta el estado de salud del presidente se ha reservado y no se da información convincente. Solo que hay síntomas leves y que está bien.
¿Pero que empiezan a observar muchos actores políticos esta nueva politización de la pandemia?.
1.-El costo político al gobierno federal se incrementó cuando se puso al descubierto que se privilegió vacunar a los Servidores de la Nación antes que a la comunidad médica.
Mas se incrementó este costo cuando se descubrió y documentó que sí ha habido influyentismo en la aplicación de la vacuna y connotados Morenistas ya han recibido la aplicación de la misma.
Esa aplicación selectiva de la vacuna, provocó un gran coraje e indignación de gran parte de la población. El gobierno de López Obrador quedó al desnudo.
2.-Ayer lo decíamos. En un solo párrafo del boletín oficial donde se da cuenta del contagio y la salud del presidente se dice todo lo que se quiere decir. Se deja claro que el presidente no ha recibido la vacuna y la mejor prueba, es su supuesto contagio.
Que a pesar de haberse recibido ya en México más de dos millones de dosis, el presidente fue solidario con su pueblo y es el ejemplo de que su orden se respete y se cumpla el plan y calendario de vacunación. O sea no hay influyentismo.
3.-Pero al mismo tiempo, ahora se conocen de manera magnificada los números de contagios y muertes que antes se minimizaron. El INEGI dicen que hay 184 mil muertes más a las 153 mil reportadas de manera oficial, de personas que murieron de Covid en sus casas.
Ayer en el reporte oficial primero se registraron 7 mil 165 contagios y momentos después se corrigió y le aumentaron 10 mil más para quedar en 17 mil 165 contagios.
Ayer la SSA registró 1 752 mil muertes. En pocas palabras, los números van en aumento.
4.-¿Los números hablan del fracaso del gobierno federal en la conducción de la pandemia? Evidentemente sí.
¿Pero que otro mensaje se empieza a advertir en estos números magnificados y antes minimizados? Bueno, aquí viene lo que verdaderamente hay que observar a partir de un patrón que ha seguido el presidente. Politizar todo lo que tiene que ver con la pandemia.
5.-El país está inmerso en un proceso electoral que tiene su cita el próximo 6 de junio. El presidente se juega todo ese día. Si gana se afianza en el poder y si pierde, su gobierno habrá terminado.
¿Qué es lo que puede venir? Regular las campañas políticas. Por medidas sanitarias impedir los actos de contacto directo de candidatos y volverla más mediática de lo será. Al limitar la campaña de tierra, los únicos que llegarán a la gente serán los Servidores de la Nación a quienes ya vacunaron y de paso la contienda será de Marcas y No de Candidatos.
La contienda de candidatos es una debilidad real que enfrenta Morena por carecer de cuadros rentables. La contienda de Marcas se vuelve una fortaleza. El presidente no estará en las boletas pero si mete no solo las manos, sino todo el cuerpo en las elecciones.
6.-Pero eso no es todo. Lo más temerario que ya se observa y a lo cual puede recurrir el presidente, en caso de verse perdido en los números, es a la suspensión de la elección. ¿Qué pasará si no hay elecciones en junio o el resto del año? Qué pasará con los gobernadores que terminan sus periodos y la ley no contempla una ampliación del plazo legal?
¿Quién elegiría a gobernadores sustitutos para que convoquen a nuevas elecciones? ¿Qué no es el Congreso Federal? ¿Y quién tiene el control del Congreso?.
¿Pero también que pasaría con la renovación del Congreso? ¿Qué es lo que marca la ley?
¿Qué papel jugarían en esta ruta nunca explorada en este país, los Súper Delegados del presidente en los Estados?.
Son preguntas que ya muchos se empiezan a hacer ante una posibilidad real. Cancelar la elección alegando no haber condiciones sanitarias para celebrarla. Ya hay Estados donde se pospuso y se cambió de fecha la elección por este mismo motivo. ¿Por qué no pensar que puede pasar lo mismo a nivel federal?
El presidente podría explorar la posibilidad de conservar el poder ganando en la mesa lo que podría perder en las urnas.
¡Aguas!.. porque ese es un escenario que ya se empieza a ver.
¿Se animaría al presidente a algo así?
Habrá que estar pendientes.

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