En coma diabético…!
No podemos elegir cómo vamos a morir. o cuándo vamos a hacerlo. Sólo podemos decir cómo vamos a vivir ahora. Joan Báez
El pasado viernes 30 de octubre sufrí un coma diabético que me llevó a urgencias en la UMF 39 del Seguro Social, situación que, además del susto que se llevaron mis hijos y el riesgo que corrí me permitió constatar algunas cosas, como la nulidad del servicio 911 y el servicio extraordinario que tiene ese departamento de la institución.
Pero, vayamos por partes:
Alrededor de las 3 de la madrugada sufrí el primer ataque del que me repuse en unos minutos con la ayuda de mi hijo José Angel.
Cerca de las 6 am el segundo recuperándome en unos minutos,
Pero a las 8 de la mañana sobrevino el tercero; perdí la conciencia, fuertes convulsiones, al paso de los minutos un ojo se puso en blanco, la boca se enchuecó.
Ya presente mi hija María Eugenia llamaron al 911 solicitando una ambulancia, servicio que les fue negado pese a que se les explicó mi situación.
Las convulsiones seguían sin que me pudieran controlar por lo que, con ayuda de unos amigos de mi hijo me subieron a mi camioneta para trasladarme, bien sujeto, al Seguro Social.
A las 10.30 de la mañana ingrese a la sala de urgencias en donde de inmediato se me prestó atención.
Alrededor de las 11 de la mañana recuperé el conocimiento y pude ver a mi alrededor a dos médicos y tres enfermeras, mas atrás mis hijos con el temor reflejado en sus rostros,
A mi pegunta “¿Dónde estoy…?” un médico respondió – tranquilo, está en el seguro social -.
Luego me informaron que al llegar me canalizaron y sacaron muestras de sangre, resultando que llevaba solo 30 de glucosa, lo que provocó el coma diabético.
Me aplicaron, además del suero glucosa para estabilizar mis funciones.
Largas horas transcurrieron y poco a poco fui recuperando el control de mis movimientos, mientras enfermeras y enfermeros pasaban revista verificando mi estado.
Mas exámenes de laboratorio hasta que mi estado se estabilizó completamente.
Al llegar la tarde ya había recuperado el control de mis movimientos.
Un nuevo médico llegó por la tarde y me dijo que había que cambiar el medicamento que hace años tomaba para controlar la glucosa, que fue el que me la bajó al extremo provocando el shock que derivó en coma diabético y estuvo a punto de llegar a la embolia.
Esa experiencia, como señalé al principio me permitió constatar algunas cosas:
La nulidad del servicio de emergencias 911 y las ambulancias que compró el alcalde Chapman. Solo transportan lesionados pero no personas que sufren algún malestar grave, como un ataque cardiaco o un shock como el que sufrí. Bien se puede morir la persona si no tiene a la mano un vehículo.
El servicio de urgencias del IMSS ha mejorado notablemente.
Personal médico y de enfermería suficiente y eficiente.
Ya no hay pacientes esperando cama en los pasillos, sentados o acostados en el piso.
Enfermeras y enfermeros eficientes, amables, al pendiente de sus pacientes, cumplen con su trabajo aunque no cuenten con toda la protección adecuada en estos tiempos del Covid 19.
Vaya para médicos y personal de enfermería de la sala de urgencias mi reconocimiento y profundo agradecimiento.
Así también para los pocos amigos que al enterarse ofrecieron apoyo para lo que se ofreciera y otros que elevaron sus oraciones por mi restablecimiento.
Para ellos mi eterno agradecimiento.
Aquí seguimos GAD!