Los Puntos Sobre las ÍES… Edición No. 1751

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Mario Montijo de la Rocha

La ética debe acompañar siempre al periodismo, como el zumbido al moscardón.                                             Gabriel García Márquez

La noticia me impactó este viernes muy temprano. Me llegó vía internet enviada por Jorge Walterio Medina.

Falleció Mario Montijo!

De inmediato vinieron a mi mente los recuerdos.

En mi memoria se reflejó la imagen de aquel jovencito que un día, por allá a mediados de los 60´s llegó a la redacción de El Debate en Los Mochis.

Lo envía “Techa” (María Teresa Zazueta) para que haga aquí sus prácticas de periodismo, me dijo mi jefe y compadre Lorenzo Valdés López.

Mario estudiaba periodismo en la Escuela de Comunicación Social que dirigía la maestra Zazueta en Culiacán. Primera institución formadora de comunicadores profesionales que existió en Sinaloa.

El jovencito aquel me acompañó dos o tres días en mis cotidianos recorridos por las diversas fuentes de información que cubría en ese entonces: Ayuntamiento, policías, agencias del ministerio público, juzgados y algunas agrícolas.

Al tercer día me dijo que lo que a él le gustaba eran los deportes, por lo que se lo encomendamos a Octavio Ibarra Cota para que lo adentrara en ese apasionante mundo deportivo.

Unos diez días después se despidió y regresó a Culiacán a concluir su carrera.

Una vez graduado comenzó a trabajar en El Sol de Sinaloa, donde estuvo de julio de 1966 hasta 1973 que se fue a formar parte de la primera redacción de Noroeste, ya convertido en todo un periodista.

Ahí en Culiacán lo volví a encontrar cuando llegué en 1975 a la Dirección de El Debate de Culiacán y en abril de 1980 aceptó mi invitación para irse como Sub Director del tabloide.

Durante cinco años llevamos una relación amistosa profesional muy estrecha.

Fue un excelente colaborador, honesto y fiel a la camiseta.

Pero mas aun: un extraordinario maestro encauzando las inquietudes de jóvenes que deseaban aprender periodismo.

Mario fue impulsor y maestro del Taller de Periodismo de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

De ahí surgieron, entre otros dos talentosos jóvenes que ingresaron y reforzaron la redacción de El Debate de Culiacán: Alejandro Sicairos Rivas y Leobardo “Leo” Espinoza que muy pronto dieron muestra del férreo espíritu periodístico que llevaban dentro.

Posteriormente llegarían otros, de la mano de Mario.

Al renunciar yo a la Dirección de El Debate de Culiacán, él fue mi propuesta para sucederme en el puesto, pero se impuso la voluntad del Director General y Mario se quedó en la Sub Dirección.

Durante los años que trabajamos juntos, Mario fue un extraordinario colaborador.

Analítico, calculador, siempre objetivo.

Creo, aunque peque de inmodesto, que fue la mejor época de El Debate de Culiacán.

La redacción de primera calidad, los festivales anuales en honor a las Madres y los torneos de Los Barrios colocaron a El Debate de Culiacán como el número uno en Sinaloa.

La amistad entre ambos perduró.

Cuando se retiró del periodismo para hacerse cargo de su imprenta continuó la relación amistosa.

El tiempo y la distancia nos separaron, pero no faltaban el telefonazo o el mensaje.

Una enfermedad lo postró en silla de ruedas, finalmente llegaron mas males hasta que la madrugada de este viernes cumplió su destino.

Atrás quedaron los tiempos de éxitos periodísticos, de reconocimientos, pero, sobre muchos los jóvenes de aquellos tiempos que tuvieron en Mario Montijo de la Rocha a un gran maestro.

Aquel niño que un día salió de su natal Portacelli, en la Sindicatura de Eldorado, encontró el camino que el destino le tenía deparado.

Ser PERIODISTA y HONESTO!

A su esposa, Consuelo García, a sus hijos Mario y Javier, así como al resto de su familia nuestras sinceras condolencias.

Mario Montijo de la Rocha, Descansa en Paz!

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