MUCHOS VOTOS, MUCHA CARGA

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Treinta millones de votos obtuvo Andrés Manuel López obrador para Morena y con ello una pesada carga que tendrá que compartir con todos los ciudadanos, en los seis años siguientes.
Los mexicanos en lo general, pero los sinaloenses en particular, le dieron el carro completo a Andrés Manuel López Obrador, en una Revolución Social, que no se atrevió a detener el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El pueblo decidió derrotar al PRIAN y votó por AMLO y de paso por verdaderos desconocidos, porque los conocidos representaban la corrupción, la falta de empleos, la economía por los suelos y la inseguridad.
El Peje arrasó, desplazó y abrazó a todos al concluir la jornada electoral.
Incluso, uno de cada 5 votos duros del PRI fueron para Morena.
Si hubo ciertos indicios de entrarle a un operativo. Pero a la una de la tarde, en el momento en que el presidente Peña Nieto salió a votar, las encuestas de salida marcaron la decisión de no agitar las aguas.
En este país y en este momento de su historia ya no estamos para tomar las armas ni para salir a la calle. Eso es pasado.
Los votantes tempranos en largas filas en casillas y los ciudadanos señalaron democracia plena.
Los pobladores de las colonias populares votaron por Morena, lo cual se esperaba. La clase media votó por Morena por inconformidades. Pero, aquí vimos, increíble, largas colas de familias de clase alta respaldando a Andrés Manuel López Obrador y extendiendo el sufragio a los candidatos de la dimensión desconocida.
Eso supone una pesada carga para los sinaloenses electos. Trabajar duro y estoicamente, para cumplir lo que mandataron los hombres y mujeres que los favorecieron, no es enchílame esta y ponme a calentar dos.
Muchos ni experiencia tienen, pero si muchas ganas y respaldos.
Los sinaloenses esperan que al igual que AMLO empiecen a trabajar en los planes de castigo a los que resulten responsables en los juicios en marcha, en la vigilancia del gasto público, en impedir que se concreten venta de tierras que pertenecen a los bienes estatales; en nombrar de nuevo los organismos anticorrupción; pero, sobre todo, en no permitir alzas en servicios básicos ni nuevos impuestos.
En los ayuntamientos deben detener las solicitudes de mochadas a proveedores y cuotas a empresarios con intenciones de inversión. La vigilancia para prevenir delitos y detener a los que los cometan son indispensables.
Con eso merman la corrupción imperante y ayudan al crecimiento en cada región.
En lo nacional no más gasolinazos. No aumentos a servicios e impuestos. Y lograr la creación de empleos para jóvenes recién egresados.
Con eso se echarán a la bolsa a todas las familias.
Eso se quiere y se vigilará para que se cumpla lo más posible.
Poco a poco se va lejos, por cierto.

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