Sensibilidad para gobernar…
Hay dos eses, sensibilidad y sentido común, que deberían ser obviedades, que deberían casi darse por hechas, pero por desgracia son valores cada vez más escasos. Antonio Gala
La aplicación del impuesto sobre la tenencia vehicular en Sinaloa venía provocando protestas desde años atrás, incluso su eliminación fue bandera de campaña de Mario López Valdez en el 2010, aunque fue uno de los primeros engaños del mentiroso y corrupto hoy ex Gobernador pues solo aplicó un subsidio parcial y la dejó vigente.
Este año organismos de la sociedad civil y partidos de oposición al PRI levantaron la misma bandera de la eliminación, con pronunciamientos y manifestaciones.
Al acercarse la fecha de la elaboración y presentación del proyecto de presupuestos para el 2018, el Gobernador Quirino Ordaz Coppel respondía a las demandas que se estaba analizando como sustituir el ingreso que dejaba ese gravamen que era del orden de los 500 millones de pesos.
Finalmente, el Gobernador envió al Congreso la propuesta de eliminar la tenencia pero sustituirla con un incremento al refrendo vehicular.
La propuesta elaborada por el gabinete económico del Ejecutivo llegó al Congreso y al conocerse desató protestas tan o más airadas como las que hubo contra la tenencia ya que en este impuesto o derecho se incluía gravosamente a vehículos que ya estaban exentos del pago de tenencia.
Los Diputados de la LXII Legislatura hicieron eco y analizaron la forma de responder positivamente con una nueva propuesta.
Fue nuevamente el Gobernador el que escuchó la voz popular y planteó la modificación, coincidentemente con lo que la Comisión de Hacienda había elaborado.
Así, al aprobarse los presupuestos para el 2018, el Ejecutivo y el Congreso echaron la última palada de tierra a la tenencia vehicular, se acuerdan las placas de circulación permanentes, es decir que ya no tendrán que ser canjeadas cada tres años y se modifican los costos del refrendo que quedan en 523 pesos en lugar de los 604 que proponía la Comisión de Hacienda para los vehículos con más de diez años de antigüedad.
Para los vehículos más nuevos serán 1,026 pesos el precio del refrendo, considerando que estos propietarios tienen mayor capacidad económica y, por lo tanto, aunque no les guste es justo que paguen mas.
Se pone así fin en Sinaloa, lo que ya había ocurrido en la mayoría de los Estados, a un gravamen que comenzó a aplicarse en 1962 con la finalidad de financiar las Olimpiadas de 1968.
Pasaron las Olimpiadas, vinieron los Mundiales de futbol y la tenencia siguió vigente per sécula seculórum, cada vez con mayor costo. En ocho sexenios fue aumentada, exceptuándose solo a los vehículos con más de diez años de antigüedad.
El Presidente Felipe Calderón Hinojosa la derogó y dejó a cada Estado la decisión de continuar aplicándola o no. Sinaloa fue una de las entidades en que el impuesto siguió vigente, aunque disfrazado con subsidio limitado y para determinados modelos de vehículos.
Hoy el Gobernador Quirino Ordaz Coppel y la LXII Legislatura del Congreso local derogan y, como señalo en líneas anteriores, le echaron la última palada de tierra.
Pero eso no elimina la posibilidad de que en el futuro algún Gobernador decida desenterrarla sin medir los costos políticos que ello implicaría.
Vale la pena señalar en este espacio la sensibilidad del gobernador Quirino Ordaz para escuchar y atender los reclamos populares.
Si bien es cierto que las respuestas no son con la rapidez que la ciudadanía quisiera, también es cierto que esas decisiones están sujetas a situaciones presupuestales y deben medirse consecuencias y alternativas.
Gobernar no es fácil.
Escuchar a la ciudadanía y atender sus demandas tampoco.
Pero hemos visto en Ordaz Coppel esa disposición para escuchar y responder.
Lo vemos en la cotidianidad de sus acciones.
Su acercamiento con la ciudadanía a la que escucha y da respuestas.
Quirino sí es un gobernante cercano a la gente.
Pruebas hay a lo largo y ancho de Sinaloa.