Llega la mitad del año y el clima nos abrasa cada vez más, el clima meteorológico y el clima social, cada uno ascendiendo en sus respectivos medidores, el termómetro y el violentómetro.
Cada vez el clima se siente más caliente y parece que ni para uno ni para otro habrá algo que lo refresque.
A un clima ya estamos acostumbrados, somos sinaloenses, a 36° usamos mezclilla, manga larga, hay quien se viste de negro, somos tremendamente activos cuando la gente de otras latitudes se deshidrataría.
Al clima que aún no nos acostumbramos y quiera Dios que no lo hagamos, es al de la violencia, nos resistimos a ese clima. Las cifras van en aumento y no llega aún un momento de brisa fresca.
Como se mencionó anteriormente, nos encontramos a mitad del año, el cual inició marcado por este clima el cual persiste y va en aumento y no llega lo que apague descienda ese clima.
Mientras tanto llegan las vacaciones, oportunidad para descansar física y mentalmente, tomar impulso tomar con bríos la última etapa del año. Es momento también de salir con la familia, disfrutarla mediante una comunicación cara a cara, mirando a los ojos, sin celular en mano, que así se disfruta más del momento que pasamos con las personas cercanas y queridas.
Esperamos que al regreso de vacaciones el clima cambie, tan vivo y lleno de cultura que se ven las ciudades de nuestro estado con cursos de verano y talleres por todas partes, actividades sanas, comienzo de nuevas etapas académicas para muchos jóvenes.
En verdad que es mucho con lo que contamos para cambiar este clima violento, el cual no es nuestro, no nos es propio y no nos lo merecemos.
Javier E. Zepeda O.