Los Puntos Sobre las ÍES… Semanario No. 1693

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El imperio de la impunidad…

Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo. Sófocles

La delincuencia organizada y hasta la común están operando cada día con mayor intensidad.

Ya no solo se registran las masacres, los cobros de cuentas entre grupos del llamado crimen organizado que tiene su modus operandi muy bien definido: utilizan armas de alto poder.

Hoy son cada día mas frecuentes los asaltos y asesinatos cometidos por la delincuencia común, esa que no utiliza los poderosos “cuernos de chivo” sino pistolas de bajo calibre desde .22 hasta 9 milímetros o bien armas blancas como ha quedado de manifiesto en diferentes hechos recientes.

El vil crimen de una señora y su hijo de 12 años asesinados a puñaladas en una colonia de Culiacán.

El asesinato de Rafael Chávez González, hermano del legendario campeón Julio César Chávez, muerto a balazos al ser asaltado en su propio domicilio.

Y como estos casos hay decenas de crímenes que se han cometido no por sicarios en ajustes de cuentas, sino por delincuentes comunes que asaltan y asesinan a sus víctimas. ya para despojarlas de sus vehículos, ya al asaltarlos en sus domicilios.

Crímenes casi todos que solo ameritan una pequeña nota en los medios que solo dan importancia a los de alto impacto a los relacionados con el narcotráfico, a las masacres, a los ajustes de cuentas.

O sea, a los casos que venden periódicos y ganan audiencias.

El caso de Rafael Chávez hace la excepción en el despliegue informativo por ser el hermano del ex campeón mundial de box, quien al igual que decenas de dolientes familias claman, exigen justicia.
Como hace excepción también el de Javier Valdez por tratarse de un periodista y escritor especializado en relatos, artículos y novelas sobre el narcotrafico y que mantiene viva la demanda de esclarecimiento y justicia que hacen sus amigos, algunos colegas y organismos internacionales de defensa de los periodistas.

Pero, insisto, esas voces, esas demandas, ese clamor no se han escuchado en los cientos de casos que se registran cada vez con mas frecuencia.

Hoy, los ladrones se meten a los hogares a robar y dispuestos a asesinar si hay resistencias.

Afortunadamente en el caso nuestro el ladrón entró en la madrugada hasta mi recámara y al despertarme y gritarle optó por huir y no atacó. Pero pudo hacerlo.

Los casos específicos citados son de aquí, de Sinaloa.

Pero no son exclusivos. Suceden en casi todo el territorio nacional.

Los índices delictivos se han disparado en todo el país.

Asesinatos, asaltos, robos domiciliarios, robo de vehículos. Todos van a la alza.

Y todo es producto de la impunidad.

Esa impumidad producto de la complicidad de las autoridades policiacas, ministeriales y judiciales.

Complicidad por omisión o por interés pero complicidad al fin.

A la corrupción hay que añadir las facilidades que el nuevo Sistema Penal Acusatorio otorga para que los delincuentes de cualquier nivel, si son detenidos incluso con el cuerpo del delito, puedan recuperar su libertad de inmediato.

Pruebas de ésto, hay decenas. Y hubiese cientos o miles si las corporaciones policiacas, las investigadoras, trabajaran eficientemente. Vaya, si al menos trabajaran.
De acuerdo a las evaluaciones del Indice Global de Impunidad 2016, el nivel de impunidad en México es del 91%.

Es decir, de cada cien delitos que se cometen 91 no son castigados, vaya, ¡ni siquiera esclarecidos!

El mismo Indice Global de Impunidad ubica a México en el lugar 58 de 59 países evaluados.

Así de mal andamos.

Si bien es cierto que nos preocupa Sinaloa porque de aquí somos, aquí vivimos y tenemos cerca los efectos de la delincuencia desatada, también lo es que el problema, repito, no es solo de aquí.

La delincuencia en sus diferentes niveles crece en casi todos los Estados de México.

Entonces no toda la culpa de lo que aquí pasa es del gobierno local.

Las autoridades federales tienen gran parte de la responsabilidad porque no están actuando como es su obligación, ya muchos de los delitos del orden común se derivan de los del orden federal.

Hay impunidad para la delincuencia organizada, los poderosos grupos del narco y los de abajo ven que no pasa nada, pues también se lanzan a delinquir.

Además, muchos de los sicarios, en su mayoría jóvenes algunos hasta menores de edad, cuando no les dan “trabajitos” se van a delinquir por su cuenta. Y son los mas peligrosos.

Es pues, la impunidad la que alienta a los delincuentes a actuar.

Esa impunidad que es la madre de todos los delitos.

Y el crecimiento de la oleada delictiva, gracias a la impunidad está provocando terror, un terror que encamina a los Estados y al país hacia la inestabilidad política.

Cuidado pues!

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