Donde lloran está el muerto…
No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino. Johann Wolfgang Goethe
Dice un viejo refrán que donde lloran está el muerto, refiriéndose a quienes si se quejan de algo que les va a costar es porque tienen pero no quieren pagar o aportar.
Viene esto a mi mente por la ola de quejas, protestas y hasta berrinches de aquellos que parecen niños a los que les arrebatan un dulce de su bolsa llena de golosinas.
El aumento al Impuesto sobre nóminas, que era de 1.5%, aprobado en forma escalonada es desde un 2.4 hasta el 3% dependiendo de los montos de salarios mensuales que pagan las empresas a sus trabajadores.
Es decir empresas que paguen una nómina de hasta 500 mil pesos mensuales de sueldos a sus trabajadores pagarán una tasa de 2.4%, es decir 0.9 mas que el gravamen anterior. Quienes paguen de 500,001 a 700 mil de nómina serán gravados con el 2.6; de 700,001 a 900 mil de nómina serán gravados con el 2.8 y aquellos cuya nómina sea superior a los 900 mil si pagarán el 3%.
Los negocios o empresas que pagarán el 2.4% sobre nóminas representan algo así como el 94 o 96% del total de los empresarios, por lo que la carga mayor será sobre un mínimo de empresas del gran capital, es decir aquellas que si bien es cierto ocupan cientos de trabajadores también ganan cientos de millones de pesos.
Pero veamos un ejemplo sencillo con los de gravamen mínimo: Un negocio pequeño que tiene 10 empleados a los que paga doble salario mínimo, tendría una nómina mensual de 24,012 pesos. El 2.4% del ISN sería de 576.28, es decir 57.28 por cada trabajador, es decir menos de 2 pesos diarios.
Un mini negocio de un solo empleado al que paga salario mínimo pagaría 57.62 de ISN al mes.
Claro, conforme es mayor el número de empleados y el monto de los sueldos que devengan, sería proporcionalmente mayor el monto del gravamen a pagar.
Pero también es mucho mayor el margen de utilidades que perciben esas empresas que, visto en proporción de los grandes a los medianos y los pequeños empresarios sería similar, aunque los montos sean desproporcionadamente mayores como lo son desproporcionadamente mayores las utilidades de esas grandes empresas, sobre todo los comerciantes que acostumbran a reetiquetar, a dar kilos y litros de menos, a especular, pues.
Los clamores y las demandas de la derogación de la legislación aprobada seguirán subiendo de tono y ya hasta se habla de recurrir al amparo e ir hasta la Suprema Corte de Justicia.
Se llega a decir que este gravamen provocará cierres masivos de negocios, que ahuyentará la inversión, etc.
Pero, ¿saben ustedes que hay Estados que aplican ese 3% sobre nómina y no solo no hay recesión, ni cierre de empresas, ni se ahuyentan las inversiones sino todo lo contrario?
¿Sabían que Sinaloa tenía la segunda tasa más baja del Impuesto Sobre Nóminas en el país, mientras que hay Estados como Puebla, Chihuahua, Veracruz y la ciudad de México que tienen las tasas mas altas, y no son diferenciadas como lo serán aquí?
Y esas entidades están creciendo, sus economías van a la alza y no hay lloriqueos.
Ahora bien, hay algo de razón en los empresarios cuando hablan de adelgazar la nómina oficial, de adelgazar el aparato gubernamental.
Hay oficinas gubernamentales, en todos los niveles en donde hay mas de los empleados que se requieren.
Hay gastos excesivos en obras superfluas, como lo hemos visto a lo largo del sexenio que termina.
El Gobernador electo, Quirino Ordaz, debe poner atención a esto y aplicar la tijera reductora, así como los gastos innecesarios.
Debe reducirse el aparato gubernamental. Debe reducirse el número de Diputados, debe eliminarse lo innecesario.
Pero además, Quirino daría una buena señal si designa a un grupo de ciudadanos de intachable conducta para que vigile el gasto, supervisen las licitaciones para que los contratos se otorguen debidamente a los verdaderos profesionales y no a terceros que luego subcontratan quedándose con la tajada del león, como ha sucedido también en este sexenio.
Los recursos que se obtendrán de esos impuestos no deben ir al gasto corriente sino a obras específicas.
Que esos dineros sean debidamente etiquetados para obras que requiere el desarrollo de Sinaloa y que ese Comité Ciudadano le de seguimiento a su aplicación para que no haya desvíos.
Conocemos a Quirino, su trayectoria y la de su padre, de quien heredó su formación y tengo la certeza de que no fallará y honrará debidamente la memoria de su padre, el Arq. Quirino Ordaz Luna.
En cuanto a los empresarios y demás opositores: hay que sumarse para apoyar al nuevo Gobernador a paliar los recortes de recursos federales.
Los sinaloenses nos hemos caracterizado y somos ejemplo de participación, sin llorar, para construir este Estado que puede ser mas grande, si todos nos lo proponemos y actuamos positivamente.