Mientras los Dorados de Sinaloa se bañan de oro con el campeonato del Torneo de Apertura de la Liga de Ascenso Mx, las Águilas del América, en el centenario de su fundación, pasan a la final y se enfrentarán a los Tigres del Universitario de Nuevo León; en partidos a celebrarse el 22 y 25 de diciembre.
Gabriel Caballero, técnico dorado, encontró la fórmula adecuada para llevar a la cima al equipo que había dejado con otra mentalidad José Guadalupe Cruz.
El profe Cruz recibió una jugosa oferta de los Rojinegros del Atlas y dejó el proyecto de Dorados, que tanto pregonó y presumió ante este reportero y columnista y otros comunicadores.
Y mientras Cruz fracasaba con Atlas, Caballero tuvo la inteligencia, creatividad y paciencia, para conformar un conjunto donde la armonía fue primordial en la obtención del título.
Los Potros de Hierro del Atlante, con desventaja de dos goles con 3-1 en el juego de ida, en el de vuelta, en el Estadio Banorte, vinieron a jugar sucio y se ganaron cuatro tarjetas amarillas y continuas amonestaciones verbales del árbitro árbitro central. Ellos fueron: Irving Zurita al 61, Alfonso Luna al 66, Manuel Marroquín al 70 y Carlos Calvo al 84.
Los Dorados que lograron la hazaña ante el Atlante fueron: Gaspar Servio, Oliver Ortiz, Elio Castro, Carlos Pinto, Alan Mendoza, Juan Meza, Marco Arguelles, Fernando Arce, Joe Corona, Vinicio Ángulo, Pablo Torres, Luis Trujillo y Gabriel Hachen.
Un autogol de Manuel Marroquín al tratar de despejar el balón que envió a la portería Elio Castro fue la única anotación del cotejo y el global favoreció a la pandilla dorada por 4-2.
Ahora a esperar al rival que saldrá en mayo en el torneo de clausura, pero en caso de ganar el campeonato Dorados se va automático a la Primera División, lo que sería formidable.
LA ANÉCDOTA CON JUAN MANUEL LEY.
Transcurría noviembre de 1969 y los Tomateros de Culiacán, recibían en el Estadio Gral. Angel Flores a los potentes Naranjeros de Hermosillo en la LMP. Había quedado atrás la Liga de la Costa del Pacífico.
Unos vecinitos de dicho coso beisbolero estaban en espera del nuevo propietario del equipo Guinda para, con su permiso, acceder al vetusto estadio.
¡¡”Chino, Chino!!” nos dejas entrar al juego, le dijeron los infantes. Con un gesto de enfado (odiaba que le llamaran chino) Juan Manuel Ley les gritó que ¡¡nooo!!
Ese amargo y contundente ¡¡nooo!! se convirtió en un dulce ¡¡sííí! cuando este reportero, en ese entonces de 11 años de edad, le dijo con voz suave y tipo locutor: “Señor Juan Manuel Ley, nos permite, por favor, entrar a presenciar el juego de Tomateros contra Naranjeros, ya que no tenemos dinero y somos muy pobres”.
Asombrado, Ley López, volteó a verme y exclamó ¡así se habla! Y me preguntó directo con voz fuerte ¿quiénes vienen contigo?. Todos, le contesté, y ordenó que nos dejarán pasar, entre ellos a Rogelio García, quien años después se convirtió en pelotero profesional; aunque, dicho sea de paso, duró poco y se fue a ligas semiprofesionales.
Años después, en 1996, en la antepenúltima remodelación del estadio Ángel Flores, y ya reportero deportivo de El Debate de Culiacán, hicimos un recorrido al diamante beisbolero y a la altura del jardín derecho, le recordé la anécdota. Se quedó serio y al ratito nos reímos juntos y celebró que me haya convertido en reportero deportivo.
En otra ocasión, ya con relación de cierto afecto y amistad, me regañó por estar dialogando con Aurelio López, un día antes de que Tomateros de Culiacán se coronara ante Cañeros de Los Mochis con el potente jonrón de línea al jardín izquierdo del hombre record, Jesús Sommers.
Ley López era muy impulsivo y no respetaba jerarquías. El último coraje lo hizo con el ingeniero Juan de Dios Aguirre, quien pretendía formar un equipo de béisbol profesional que ingresara a la Liga Mexicana de Verano, con la ayuda de Mario López Valdez, con lo cual, lógicamente, no estaba de acuerdo, porque finalmente era un hombre de negocios y el estadio, quieran o no, finalmente siempre fue suyo.
Obviamente Malova siempre apoyó a Juan Manuel Ley y no se concretó el proyecto y sueño de Aguirre.