Diálogo Deportivo Semanario No. 1667

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dd1667Daniel Castro Ugalde, quien por espacio de más de una década fue preparador físico del cinco veces excampeón mundial de boxeo, Julio César Chávez González, recuerda muchas etapas de la vida pugilística del llamado, con razón, “El César del Boxeo”.

Y una que se le grabó profundamente, en su momento, son los minutos y rounds angustiosos en la pelea de JC contra Meldrick Taylor, el 17 de marzo de 1990, por la unificación del titulo superligero.

“Con ese combate se inauguraba la arena de boxeo del Casino MGM de Las Vegas, Nevada, y las apuestas favorecían a Julio César; pero algo se le complicó y los minutos transcurrían y no llegaba el kot o ko, a los cuales nos tenía acostumbrados JC”, citó.

Prosiguió su relato recordando que abajo del ring, en la esquina que les tocó, estaban Rodolfo Chávez González y él, angustiados, con la puntuación a favor de Taylor.

Entonces, faltando 17 segundos, Chávez González, se fue en busca de su presa(Taylor) le conectó un gancho en corto y un volado de derecha a la mandíbula. Meldrick, no soportó y rebotó contra las cuerdas, cerca de su esquina, se fue a la lona y al no sonar la chicharra cuando faltaban diez segundos, el tercero en la esquina Richard Stelle, decretó el nocaut efectivo, ya que no respondió (en dos ocasiones) a la pregunta ¿estás bien? y además los signos mostraban a un Taylor con la mirada rumbo a la luna.

“Eso fue todo el staff de JC nos subimos al ring a festejar lo que ya se consideraba la primera derrota del sonorense”, adoptado sinaloense.
Ufff…!!! Nunca había visto a Julio César tan agotado y algo preocupado cuando ibamos caminando hacia los vestidores, se apoyaba en mi hombro derecho y parecía que flotaba. No hablaba nada. Mientras, en el ring, a Taylor lo atendían de heridas cortantes, visibles, en una cara deformada por los incesantes golpes de JC y ni se presentó a la conferencia de prensa, citada a las 12 de la noche.

“Siempre le dije a Julio César: A ti nadie te va a derrotar. Tú te vas a derrotar a ti mismo. Y Así fue. No fueron los golpes primero de Frankie Randall ni después (dos veces) de Oscar de la Hoya, ni con Mosley. No, fue su indisciplina; los malos hábitos que contrajo con amistades malsanas que ya son del dominio público” relata.

Y, tú, nunca te diste cuenta, se le interroga, y contesta de inmediato: No, yo le tengo un profundo respeto a él y a su familia. Nunca vi algo anormal que trastocara mi amistad, o que lo viera como un enfermo. El, sí algo hizo, nunca lo realizó frente a mis ojos, y respetó y respeté mucho la amistad.

Este columnista le recuerda entonces que él -Castro Ugalde- estaba escribiendo un libro de sus memorias con respecto a su trabajo de preparador físico con JC, y de repente lo interrumpió.

No espera la pregunta del porqué y aclara: Nadie me lo impidió. Lo abandoné, o dejé de escribir. Consideré que no tenía caso seguirlo”.

Lo dejamos a su conciencia y vemos en su rostro una sonrisa complacida de haber sido muy fiel a su amigo y expatrón, Julio César Chávez González.

“Cuando dicen burradas sobre Julio César, lo defiendo, ya que nunca vi cosas malas y en cambio me tocó ver cuando ayudaba a cientos y cientos de personas con dinero, ropa, zapatos, despensas, dulces, alimentos y otras cosas que hacían felices a sus seguidores” epiloga.

Y…promete más entrevistas sobre la leyenda del boxeo mundial.
Esperaremos.

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