Humorismo Semanario No. 1648

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– Doctor, me tiemblan mucho las manos.
– ¿No será que bebe demasiado alcohol?
– Que va, si lo derramo casi todo!!

Una madame abre la puerta del burdel y se encuentra con un elegante caballero de mediana edad.
– ¿Puedo ayudarlo?, pregunta la madame.
– Quiero ver a Natalie, contesta el señor.
– Natalie es nuestra dama más cara…
– ¿Y…?, mire yo debo ver a Natalie, replica él.
Cuando aparece la tal Natalie le explica al caballero que ella cobra 3.000 euros por la visita. Sin pestañear, el hombre mete la mano en el bolsillo y le entrega treinta billetes de cien euros. Ambos entran en una de las habitaciones y al cabo de una hora el tipo sale silbando. La noche siguiente, el mismo caballero aparece nuevamente pidiendo ver a Natalie. Natalie replica que es muy raro repetir dos noches seguidas y que si va a pedir descuento que ya se puede largar. Nuevamente el hombre hecha mano de sus billetes y le entrega otros treinta de cien. Como el día anterior, en compañía de Natalie, entra en una de las habitaciones durante una hora y luego se va. Cuando aparece nuevamente una tercera noche consecutiva, nadie puede creerlo. Nuevamente le entrega a Natalie tres mil euros y desaparecen durante una hora. Al salir, Natalie le dice al tipo:
-Nadie había usado mis servicios tres noches consecutivas. ¿De dónde es UD.?
El tipo replica: – De Cáceres.
-¿En serio?, contesta ella. Tengo familia en esa ciudad.
-Lo se, dice el caballero. Tu padre falleció y yo soy el abogado de tus hermanas. Ellas me pidieron que te entregara tu parte de la herencia: 9.000 euros. Buenas noches. Ha sido un placer.

Un abogado se casó con una mujer que se había casado 6 veces.
La noche de nupcias, en el cuarto del hotel, la novia le dice:
– Por favor, mi amor, sé gentil. Mira que soy virgen…
Perplejo, ya que conocía el hecho de que ella se había casado en 6 oportunidades anteriores el novio le pidió a ella que se explicase.
Ella respondió:
– Mi primer marido era un psiquiatra. El solo quería conversar sobre el sexo.
– Mi segundo marido era ginecólogo. El solo quería examinar el local.
– Mi tercer marido era un coleccionista de estampillas. El solo quería lamer.
– Mi cuarto marido era Gerente de Ventas. El decía que sabía que tenía el producto, pero no sabía como utilizarlo.
– Mi quinto marido era Funcionario Público. El decía que comprendía perfectamente como era, pero no tenía la certeza de que fuera competencia de él.
– Mi sexto marido era Técnico en Electrónica. El decía que si estaba funcionando, mejor era dejarlo tranquilo y no meterse con él.
– Por eso es que ahora me estoy casando con un abogado, porque estoy totalmente segura de que ¡¡¡¡TU SI ME VAS A JODER!!!!

¿Qué tienen en común los aniversarios de boda, el punto G y un retrete?
Los hombres no aciertan con ninguno…

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