Los Puntos Sobre las ÍES Semanario No. 1626

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Sordos y ciegos…Cómplices!

“No nos hagamos los distraídos. Hay mucho de complicidad. ¡La pregunta es para todos! En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda.” Papa Francisco

En nuestra entrega anterior hablábamos del imperio de impunidad que priva en Sinaloa y citábamos algunos de los muchos ejemplos que a diario saltan a la vista con los crímenes que se cometen.

Casos excepcionales los que trascienden las fronteras de México y tienen repercusiones mundiales como el de los jóvenes australianos asesinados.

Ya señalamos que en Sinaloa se vive un Estado de Impunidad, no de Derecho y Justicia, por la falta de investigación y persecución del delito, que corresponden a la procuración de justicia.

Son muchos y graves los casos de violencia que se registran por lo que provoca indignación que las autoridades en lugar de actuar pretendan desvirtuar los hechos con declaraciones ridículas cuando son interpelados al respecto.

Pretenden,. como dice el dicho “tapar el sol con un dedo”.

Uno de los mas recientes casos es el ocurrido el pasado día 2 en El Quelite cuando una gavilla irrumpió en el poblado disparando sus armas en momentos en que restaurantes, plazuela y calles registraban una fuerte afluencia de visitantes.

Los hechos pretendieron ser minimizados por el alcalde Carlos Felton y hasta por la Procuraduría de Justicia argumentando que los estampidos que se escucharon eran “cuetes”.

Mas aun, el propio alcalde acompañado por el Secretario de Turismo estatal Francisco “Frank” Córdoba fueron al poblado, desayunaron en el famoso restaurant “El Mesón de los Laureanos” y todavía se tomaron una ridícula fotografía posando con sombrerotes y cananas de imitación.

Todo para “demostrar” que no había pasado nada. E insistieron en que fueron cuetes no balazos los del día 2. Todo ésto ante el azoro de los habitantes del lugar.

Para desmentir a los mentirosos hubo de denunciar en redes el ciudadano Ramiro Garza Bayliss, empresario y dirigente del sector popular priista en Culiacán, que vivió con su familia los momentos de terror provocado por la gavilla.

Ramiro narra: “Ya encaminados para salir por la calle principal, escuchamos unas cuantas detonaciones de arma de fuego a nuestras espaldas (Cebollitas, diría Felton), por lo que adivinando el problema apresuramos la marcha, misma que fue bruscamente detenida ante una ola de carros de turistas, que al igual que nosotros, pretendían salir del mágico pueblo. Los que llevaban la delantera empezaron a orillarse y a bajar corriendo de las unidades, nosotros, sin ver o entender lo que pasaba más adelante imitamos las acciones de los demás, quizá el temor colectivo y el instinto de supervivencia despertaron nuestro sentido de alerta y bajamos corriendo de la camioneta, segundos después vimos a dos elementos femeninos de la SSP municipal que armados y con el rostro descompuesto corrían a nuestro encuentro para indicarnos que nos refugiáramos en las casas vecinas, así pues; una amable mujer nos abrió las puertas sin dudarlo, ofreciéndonos un lugar “seguro” para esquivar las balas que cada vez sonaban más fuertes y cercanas. Mujeres, hombres y niños nos atrincheramos abrazados pecho tierra. Los minutos, que parecían horas; seguían avanzando y en la calle, instantes antes bulliciosa y llena de vida, imperaba el silencio… silencio que era interrumpido por ráfagas de diferentes calibres, llantos infantiles y el rezo de los adultos.”

La narración es larga y en ella señala aterradores detalles entre ellos, como los maleantes se identifican como “los chapitos”, como entraron a casas en busca de rivales, eso si, respetando la vida de quienes ahí se encontraban diciéndoles “no pasa nada…”

Y no, para las autoridades irresponsables no pasó nada, como “no pasa nada en Sinaloa”

Aunque hay que notar que Ramiro agradece en su documento a Gerardo Vargas Landeros que le recibió la llamada telefónica, le pidió, como otros amigos con los que se comunicó, guardar calma y protegerse a la vez que giraba instrucciones para que acudieron fuerzas policiacas al lugar. Como sucedió llegando cuando ya los gavilleros se habían retirado.

Esto ocurrió desde el día 2 pero es hasta el martes 6 cuando la Procuraduría inicia las “averiguaciones”.

Lo dicho: tenemos autoridades ciegas, sordas, omisas, en una palabra ¡cómplices!, porque la omisión es complicidad.

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