Humorismo Semanario No. 1625

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Dos locos están preparando el árbol de navidad.
Y uno le dice al otro:
“Avisame si se encienden las luces”
Y el otro le contesta:
“Si…no…si…no”

¿Qué es una solterona?
Una mujer que ha pasado muchas Navidades pero ninguna Nochebuena.

Tres hermanos que vivían lejos de su pueblo natal y se habían vuelto ricos discutían para ver quien había hecho el mejor regalo de navidad a su anciana madre.
El primero dijo: “Yo le construí una mansión”. El segundo dijo: “Yo le envié un Mercedes con todo y chofer.” El tercero sonrió y dijo: “Yo les gané a los dos. ¿Recuerdan cómo le gustaba a mamá leer la Biblia?. Y cómo ustedes saben ella ya casi no puede ver. Así que yo le conseguí un loro que recita la Biblia entera. Les tomó 12 años a los monjes de un convento para enseñarle. Es un loro único. Mamá sólo tiene que decirle el capítulo y el verso y el loro se lo recita.”
Poco después, la anciana señora envió cartas de agradecimiento a los tres:
“José, la casa que me construiste es tan grande que yo sólo ocupo un cuarto y tengo que limpiar todo el día.”
“Pedro, estoy muy vieja para viajar, así que rara vez uso el Mercedes. Y el chofer es un haragán…”
“Querido Manolo, tú si que sabes lo que le gusta a tu madre… La gallina estaba deliciosa.”

Papá Noel llega a un país sumamente pobre, donde escaseaba la comida. Tanto así, que solo comían carne cada vez que se mordían la lengua…
Papá Noel llega en su trineo, y todos los niños lo estaban esperando reunidos en un gran círculo. Papá Noel se para en el medio, y empieza a hacer sus preguntas de rutina:
“Ho… ho… ho… ¿cómo están, niños…?”
Los niños en coro: “Bieeeen.”
“Ho… ho… ho… ¿se han portado bien?”
“Siiiiii.”
“Ho… ho… ho… ¿Han obedecido a sus padres?”
“Siiiii.”
“¿Han comido toda su comida…?”
Los niños hambrientos se miran las caras entre ellos, y contestan:
“Nooooooo.”
Papá Noel los mira defraudado y dice:
“¡Entonces, niños… no hay regalos!”

¿Reyes magos o reinas?
¿Qué habría ocurrido si en lugar de tres Reyes Magos hubieran sido tres Reinas Magas?
Habrían preguntado cómo llegar al portal; habrían llegado a tiempo; habrían ayudado en el parto; habrían limpiado el establo; habrían preparado una cacerola con comida y habrían llevado regalos más prácticos. Pero, ¿qué habrían comentado al irse?:
¿Has visto qué sandalias llevaba María con esa bata?
El niño no se parece nada a José.
¡Virgen! ¡Ja! ¡La conozco desde el colegio!
¿Puedes creer que tienen a todos esos asquerosos animales viviendo en la casa?
Me han contado que José está desempleado.
Te apuesto lo que quieras, a que no te devuelven la cacerola.
¿Te fijaste en lo bien que estaba el pastorcito?
Viste la cara que puso José cuando le preguntamos que haría para mantener al muchacho…
Sabes, a mí me parece que a María no le gustó el chupón que le regalé, ¿sería por el color o la marca?
Qué se creerá María, que por ser la mamá del niño Jesús teníamos que darle mejores regalos, porque a los escarpines los vio feos.
Tu sonrisa no salió bonita para la foto del Nacimiento.
¿El lápiz labial de la virgen María era Revlon?
¡Menos mal que nos vamos! No soporto lo mal que viven estos carajos.
José como que tenía dos días sin bañarse, ¿no crees?
¡El camello me mordió el vestido!
¡Qué fastidio tener que regresar a casa en camello! Mejor llamo a mi esposo para que me venga a buscarme con los esclavos y me lleven cargando.
A ese pesebre le faltaban unos cuadros.
El ángel ni me miró.
¿Quién será el estilista de la Virgen? La está robando.
Etc.

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