El Cabildo Abierto de Culiacán es una figura y ejercicio de participación ciudadana que genera una percepción de democracia en los asuntos de gobierno próximo y cercano, como también puede usted inscribirlos en la política pública dura.

No es la primera vez que se ejercita un enfrentamiento cara a cara con el ciudadano.

Sadol Osorio, primer alcalde de un partido opositor al Partido Revolucionario Institucional instaló y encabezó los Miércoles Ciudadanos, que se convirtieron en el espacio para conocer de las inquietudes y anhelos de la ciudadanía, como también para que el panista y su gabinete pusieran el lomo ante justos reclamos de las colonias populares, cuyos comités ciudadanos estaban integrados por militantes del PRI.

Otro alcalde, Héctor Melesio Cuén, un ciudadano que se convirtió en político, con su lema Cuenta Conmigo acudió a todos los rincones de Culiacán para recibir propuestas y ponerlas en acción en materia de obras, servicios y procesos democráticos.

En el caso que nos ocupa, el priísta Sergio Torres Félix y su cuerpo de regidores, aprobaron el cabildo abierto y le generaron un nuevo valor a la participación ciudadana.

Esta nueva valoración surge porque en esas reuniones están quienes toman decisiones colectivas y lo hacen ahí mismo. Es decir, no son funcionarios que acatan órdenes. Son los integrantes del cabildo. Se supone que son los jefes.

Se puede decir que no hay ninguna gracia en lo que es antiquísimo en la vida de los pueblos. Es, también, una obligación que el jerarca acuda con los ciudadanos para recoger inquietudes y planear el ejercicio de gobierno.

Sin embargo el valor de estas sesiones de cabildo son las puertas abiertas y tienen cierta valentía en soportar la crítica directa.

Cuando menos es un proceso de comunicación gobierno-ciudadanos que se está valorando para implementarlo en el resto de los Ayuntamiento de Sinaloa, lo cual ya es bueno.

Así es la política…