Humorismo Semanario No. 1615

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Una chica visita a su ginecólogo para que la revise pues dice que no se siente bien. Éste la examina y le dice:
– Señora, felicidades, usted va a ser madre.
Ella muy enojada le dice:
– ¡Jamás me ha tocado un hombre en mi vida!
Entonces, el médico se dirige al mueble archivo, de donde toma unos prismáticos y se pone a mirar por la ventana hacia el cielo.
La mujer muy extrañada le dice:
– ¿Qué hace usted mirando por la ventana?
El médico le responde:
– Señora, la última vez que pasó un caso como el suyo fue hace 2000 años y vinieron tres reyes magos. Esta vez no me quiero perder el acontecimiento.

– Buenas, estoy buscando trabajo como cortador de árboles.
– Alguna experiencia?
– Si claro, llevo los últimos 30 años cortando árboles en el Sahara.
– Pero si ahí no hay árboles!
– Para que vea, ¿soy o no soy bueno?

Un tipo de 47 años muy preocupado por parecer joven decide hacerse un estiramiento de cara. Una vez hecha la cirugía, el tipo sale muy contento de la clínica con su cara nueva. Se detiene en un puesto de diarios compra uno y le pregunta al vendedor: “Dígame amigo, quisiera que me conteste una pregunta: ¿Cuántos años cree que tengo?”
El quiosquero le dice: “No sé… unos 32”.
Contento de la vida, el tipo le dice: “En realidad tengo 47 años”.
Luego este buen señor entra a un McDonalds, pide una hamburguesa y le pregunta lo mismo al cajero.
El cajero le dice: “Yo le calculo unos 29 años”.
El hombre, cada vez más contento, le dice: “No, tengo 47”.
Luego toma el autobús para volver a su casa, y se sienta al lado de una anciana.
Una vez más, el tipo hace la pregunta: “Discúlpeme, señora, ¿cuántos años piensa usted que tengo?”
La viejita lo miró pensativa con su cara llena de arrugas, y le contestó: “Mire, hijito, yo ya tengo 85 años y no veo bien. Sin embargo, cuando era joven yo tenía un método para adivinar la edad de los hombres; les metía la mano en los calzoncillos y les decía la edad correcta”.
El hombre dudó un poco, pero viendo que no había nadie en el autobús pensó: “Bueno, probemos, total…”, y acto seguido le dice a la viejita que comience con su tarea.La viejita le mete la mano y le manosea los testículos al tipo. Al cabo de diez minutos exactos, la señora dice: “Usted tiene 47 años”.
El tipo, asombradísimo exclama: “Pero esto es increíble, ¿dígame… cómo lo hace?”
Y la anciana le contesta: “Je, je, je,… Es que yo estaba detrás suyo en la cola del McDonalds…”.

Un viajante llegó a su casa después de haber pasado toda una semana de viaje.
-¡María! Vengo que no me aguanto, ve quitándote la ropa que te voy a hacer el amor como nunca.
Entraron en la habitación, se metieron en la cama e hicieron el amor de manera salvaje, brutal y escandalosa.
Fue tal el ajetreo y el ruido de la cama contra la pared, que al poco de empezar escucharon unos golpes al otro lado de la pared, acompañados por las voces del vecino:
– Ya está bien, ¡toda la semana igual, ya basta!

Una mujer, preocupada porque su esposo no le responde cuando le habla, decide llevarlo al médico y él se deja llevar sin decir nada…
La mujer habla con el médico y le dice:
-Doctor, le hablo a mi esposo y él no me contesta. Creo que tiene un grave problema auditivo.
El doctor examina al hombre, luego sale y en privado le dice a la señora:
-Señora, su esposo tiene “Otitis Testicular”.
-¿Y qué quiere decir eso, doctor?
-Que su esposo la escucha perfectamente, pero “le importa madre lo que usted dice”…

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