Libertad de alto riesgo…
No me arrepiento en absoluto de haber corrido todos los riesgos por aquello que me importaba.
Arthur Miller
El asesinato del reportero gráfico Rubén Espinosa Becerril y cuatro mujeres ha puesto de nuevo ante la opinión pública y, sobre todo del medio periodístico, el tema de la inseguridad en que los comunicadores desarrollan sus actividades.
Desgraciadamente, de acuerdo a las cifras que tiene la organización francesa Reporteros Sin Frontera (RSF), nuestro país encabeza la lista de los países latinoamericanos mas peligrosos para el ejercicio periodístico, seguido por Colombia, Brasil y Honduras.
Y en nuestro país, de acuerdo a los datos de la organización Artículo 19, las entidades donde más agresiones se registran en contra de comunicadores son Distrito Federal, Quintana Roo y Veracruz, en ese orden.
De acuerdo a esa organización, en México un periodista es agredido cada 26.7 horas y tan solo en el 2014 se registraron 326 ataques contra comunicadores y cinco reporteros fueron asesinados presumiblemente por realizar su labor, lo que ha motivado la práctica de la autocensura en muchísimos casos, sobre todo en Chihuahua y Tamaulipas en donde se desató una campaña de amenazas y agresiones contra los periodistas y hasta atentados contra editoras.
Pero, en asesinatos de periodistas, hoy es Veracruz, gobernada por Javier Duarte Ochoa la entidad que lidera ese fatídico renglón que golpea a todos los que ejercemos la actividad periodística en sus diferentes tipos.
El asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, colaborador de la revista Proceso y Cuartoscuro ha causado gran impacto en el gremio de los comunicadores, toda vez que había sido amenazado y perseguido en Veracruz, donde laboraba desde hacía ocho años y hubo de regresarse al Distrito Federal hace unos dos meses sin que autoridad responsable alguna interviniera para su protección.
Junto con él fue asesinada una activista veracruzana, Nadia Vera, y tres mujeresmas, Yesenia Atziri Quiroz Alfaro, su amiga colombiana, Nicole, y una mas, al parecer empleada doméstica.
Hay varias líneas de investigación, incluso, al momento de redactar este artículo se anunciaba por la Procuraduría del Distrito Federal que ya había un sospechoso detenido.
También se decía que al parecer el objetivo de los criminales, que habían estado conviviendo con sus víctimas, no era Espinosa Becerril sino Yesenia Atziri Quiroz.
Independientemente del móvil que resulte del crimen, si es que se esclarece, este caso necesariamente nos lleva a recordar una vez mas la indefensión en que se ejerce el periodismo.
En Veracruz 14 periodistas habían sido asesinados antes de Espinosa en lo que va del gobierno que encabeza Duarte Ochoa, crímenes a los que se le suman atentados, golpizas, amenazas a decenas de comunicadores.
Precisamente el día del asesinato de Espinosa Becerril el periódico Amanecer de Poza Rica fue “rafagueado” a balazos.
El gobierno de Duarte Ochoa se ha caracterizado por su intolerancia y reacciones violentas a las críticas en los medios, de ahí que la principal sospecha de autoría recaiga sobre él. Insisto, independientemente de lo que resulte de las investigaciones.
En otros Estados si bien no son frecuentes los asesinatos si hay diferentes maneras de represión que van desde las amenazas hasta la marginación de medios “no afines” y trato muy preferencial a los “muy afines”.
En casi todos los casos, la mayoría de los asesinatos de periodistas quedan en la impunidad y familiares y colegas siguen esperando que algún día llegue la justicia.
En Sinaloa de 1971 a la fecha se han cometido 12 asesinatos de periodistas, de los cuales solo tres han sido resueltos.
Vicente García Medina fue asesinado en El Fuerte el 26 de marzo de 1971 y su crimen fue resuelto gracias a la presión e investigaciones de los periodistas. Roberto Martínez Montenegro, asesinado el13 de febrero de 1978 en Culiacán; José Guadalupe Mendívil en Culiacán el 22 de agosto de 1979; Aarón Flores Heredia, asesinado en Los Mochis el 7 de junio 1980; Pablo Nájera López en Los Mochis el 14 de julio de 1986; Manuel Burgueño Orduño en Mazatlán el 22 de febrero de 1988; Gregorio Rodríguez Hernández en Escuinapa el 24 de Noviembre 2004 (los homicidas de éste fueron detenidos mas no el autor intelectual); Alfredo .Jiménez Mota desaparecido en Sinaloa el 2 de abril 2005; Oscar Rivera Inzunza en Culiacán el 5 de septiembre de 2007; José Luis Romero fue“levantado” el 30 Diciembre 2009 y su cuerpo encontrado el 16 de Enero 2010; Humberto Millán Salazar asesinado el 24 de agosto 2011 y Jesús Antonio Gamboa el 10 de Octubre 2014. El caso de Gamboa es el tercero de los doce que ha sido resuelto.
Los nueve restantes permanecen y permanecerán en la impunidad por la negligencia, desinterés o complicidad de las autoridades de cada época.
Ante esta situación de inseguridad en que se ejerce la actividad periodística, la pregunta que nos hacemos es: ¿Quién sigue?