Humorismo Semanario No.- 1602

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Amor, tengo otra
Don Pedro estaba acongojado. No sabía cóm explicarle a su mujer que tenía una amante.
Un día visita a un consejero matrimonial, el cual le dice:
“La mejor forma de decirle que la estás engañando, es llegar a tu casa, y de inmediato le empiezas a hacer el amor, y cuando estés en el climax de la relación, le dices que tienes una amante.”
Don Pedro se va contento para su casa y apenas llega agarra a su mujer y le empieza a puro dar, y cuando llega al climax le dice:
“Amor, tengo otra.”
A lo que ella responde:
“¡METEMELA POR ATRÁS TONTITO!”

Lo que necesita su hija
Una viejecita tiene una hija que ya está un poco pasada de edad, y que  aun no se ha casado. De repente la hija se siente muy enferma, y su mamá decide llevarla al médico.
El médico, tras hacer un estudio minucioso le dice a la viejecita:
“Señora, su hija se encuentra muy mal.”
“Bueno doctor hay que actuar rápidamente, dígame, ¿qué es lo que tiene mi hija?
“Mire señora, a su hija lo que le hace falta es un COITO.”
“Bueno, doctor. Actúe.”
“Pero señora, lo que pasa es que yo ya estoy un poco mayor para esto, pero llamemos al enfermero.”
Y proceden a llamar al enfermero: “Enfermero hágame un favor, llévese esta señorita y practíquele un COITO.”
El enfermero se lleva a la enferma a otra habitación de donde salen ruidos un poco extraños. Quejidos, alaridos, gemidos, gritos.
Y entre tanto están el doctor y la señora afuera esperando, y le comenta la señora al doctor: ”
Mire Doctor, si usted y yo no supiéramos lo que es un COITO, yo diría que ese enfermero se está COGIENDO A MI HIJA.

Apasionados
Le dice un amigo a otro:
“Está mi mujer que se vuelve loca pensando en la jodienda. ¿Sabes lo que me dijo la otra noche?”
“¿Qué te dijo?”
“Méteme 30 centímetros y hazme daño.”
“¿Y tú qué hiciste?”
“¡Pues se la metí tres veces y le di dos puñetazos en cada ojo!”

Como el dolor de muela
Dos amigas eran tan íntimas que se contaban todo lo que hacían o dejaban de hacer. Una de ellas se casa y se va de luna de miel. Cuando regresa, la otra le pregunta: “Cómo es eso, cuéntame.”
“La primera vez es horrible, duele como no te imaginas; pero después es riquísimo.”
Su amiga, intrigada, le pregunta: “¿Cómo cuanto duele?”
Y empieza a mencionarle distintos tipos de dolores: dolor de cabeza, dolor de estómago, dolor de espalda, y a todos la recién casada respondía que no.
Finalmente la soltera menciona el dolor de muela, y la amiga dice “sí, es como el dolor de muela.”
“¿Por qué como el dolor de muela?” pregunta la soltera.
Y la casada le responde: “Porque te duele pero no quieres que te la saquen.”

Un hombre mayor va al médico porque ya no rinde lo que debiera rendir en la cama.
“Mire, doctor, que yo antes en la cama era un tigre y ahora pues ya no”.
“Hombre, usted tiene que entender que a su edad…”
“Ya, pero tal vez usted pudiera hacer algo para solucionarlo”.
“Mire, para que usted lo entienda: un hombre a lo largo de su vida puede tirar 2000 cohetes; cuando los cohetes se acaban no se puede hacer nada”.
Al día siguiente vuelve el hombre y protesta:
“Mire, doctor, usted me dijo que un hombre podía tirar 2000 cohetes.
Yo llevo casado con mi mujer desde el 58 y habré tirado unos 1000 cohetes; entre ligues y juventud otros 500, ¿dónde están los 500 que faltan?”
“¿Y los que le han explotado en la mano?”

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