Los Puntos Sobre las ÍES… Semanario No. 1648

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Inseguridad, cáncer incontenible…

El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente. Manuel Belgrano

Investigaciones realizadas por instituciones internacionales sobre seguridad nos indican que “el año pasado el mundo se convirtió en un lugar menos pacífico reforzando un deterioro subyacente de la paz mundial que ya lleva una década, impulsado principalmente por un aumento en el terrorismo y niveles más elevados de inestabilidad política”, situación que se refleja en México y en Sinaloa en donde la realidad que vivimos nos indica que ninguna autoridad está haciendo lo que le corresponde para restablecer la seguridad y la tranquilidad a que todo ciudadano tiene derecho.

La aseveración inicial aparece en la décima edición del Indice de Paz Global (GPI por sus siglas en inglés), basado en los estudios realizados por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP) “en los que se categorizan 163 países y territorios de acuerdo a sus niveles de paz y se miden principalmente tres grandes temas: los niveles de seguridad en la sociedad, el alcance de los conflictos domésticos o internacionales y el grado de militarización”.

México es ubicado en el lugar 140 de los 163 países medidos, solo por arriba de India, Egipto y Venezuela y se encuentra hasta el final del ranking regional, donde fue clasificado como América Central y El Caribe, ésto debido al gran número de personas desaparecidas por la guerra contra las drogas.

Ese reporte también destaca que nuestro país fue uno de los que más aumentaron el número de muertes debido a conflictos internos, junto con Siria, Irak, Nigeria y Afganistán.

A ese nivel estamos.

Pero eso no es todo:

La Asociación Internacional de Policías de Ciencias presentó este año el Indice Mundial de Policía y Seguridad Interna el cual mide: “el nivel de calidad de los cuerpos policiacos de más de 127 países en todo el mundo y está estructurado por 4 categorías con 4 indicadores cada uno: capacidad (número de policías, fuerzas armadas, seguridad privada y capacidad de las prisiones), proceso (corrupción, efectividad, subregistro y “mordidas”), legitimidad (debido proceso, confianza en policía, uso público para intereses privados y terror político) y resultados (homicidios, crímenes violentos, terrorismo y percepciones de seguridad pública)”.

De acuerdo a ese análisis México se encuentra en el lugar número 118 de los 127 países estudiados, con una calificación general de 0.394, resultado que nos posiciona dentro de las 10 peores policías en el mundo. O sea, ni siquiera un punto alcanzamos.

Es decir, en México no tenemos policías, no solo que puedan cumplir responsablemente con su obligación de proteger a la ciudadanía, sino que hay indicios de su colusión con el crimen organizado.

Vaya, ni siquiera protegen al ciudadano de la delincuencia común, prueba de ello los miles de hechos delictivos que se cometen sin que haya respuesta efectiva de las fuerzas policiacas en su gran mayoría.

Solo uno que otro “golpe” como para hacernos creer que trabajan. Con sus debidas excepciones, claro.

Y si no hay policias confiables y responsables, ¿en quien confiar?

No hace muchos años decíamos que en el Ejército, pero la confianza en esta fuerza se ha venido perdiendo, tanto por los indicios que surgen de su colusión con el narcotráfico lo que se evidencía mas aun con la falta de acciones reales, efectivas, convincentes en contra del delito de alto impacto.

Mas acá fue la Armada la que entró en acción en detenciones importantes. Hasta hoy ha sido la mas efectiva, pero no lo suficiente.

Han caído cabezas importantes pero los mandos medios del crimen organizado siguen actuando y sicarios y narcomenudistas siguen sueltos, intocables.

Ninguna autoridad los ve, menos los persigue.

Y saben quienes son, donde viven, donde operan…!

En nuestro caso, Sinaloa, como en otros Estados esa es una realidad innegable.

Aquí, la actividad bélica sigue presente, masacrando al mayoreo como sucedió en días recientes: casi 20 muertos en menos de tres días.

Y la autoridad se concreta a atribuir estos hechos a la guerra entre dos grupos: el de Rafael Caro Quintero contra el de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Y como se trata de “crímenes de alto impacto”, la autoridad local se cruza de brazos y se concreta a atribuir la responsabilidad de estos casos a la autoridad federal que ni siquiera abre la boca, menos hace algo para contener los asesinatos.

Y yo me pregunto: ¿qué los asesinatos no son casos que en primera instancia corresponde a la Procuraduría estatal y a la Policía Ministerial investigar, antes de definir a quien corresponde actuar…?

El país es inseguro. Las estadísticas lo demuestran

Pero Sinaloa esta peor que la media nacional.

Ese es el Sinaloa que Mario López Valdez heredará al próximo Gobernador Quirino Ordaz Coppel.

Este es el México que Enrique Peña Nieto heredará a quien lo suceda si no se actúa como debe ser contra la delincuencia desatada.

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