HABLANDO CLARO

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Que no sea una llamarada de petate…Ya era hora de que las autoridades estatales y municipales de Guasave, voltearan a ver las condiciones infrahumanas en las que viven cientos de familias que vienen de distintos rumbos del país, al valle del Fuerte a trabajar en los campos agrícolas del norte del estado; ojalá que no sea una llamarada de petate…Pero, Hablando Claro, Desde que tengo uso de razón, a la región de Ruiz Cortines, Batamote, Leyva Solano, Juan José Ríos en Guasave; y lugares circunvecinos que pertenecen al municipio de Ahome, han arribado familias enteras de origen indígena de Chihuahua, Guerrero y Oaxaca por mencionar algunos estados; jornaleros contratados según la época de año para recolectar la producción agrícola de esta zona… Y desde siempre, no solo son explotados inicuamente, sino que viven en verdaderas carracas insalubres y jamás, nadie se había preocupado por “echarse una vueltecita como no queriendo” para ver la triste realidad en la que viven niños, jóvenes y adultos en las cuarterías que se caracterizan por la insalubridad, la promiscuidad y las enfermedades que han provocado la muerte de niños, precisamente por no tener las más mínimas condiciones de salud digna…La Jornada, publicó el año pasado en este sentido que: “En un cuarto de tres por tres metros cuadrados, con piso de tierra, sin cocina y muebles, varias familias, con niños, se acomodan para vivir. En algunas hay catres, en otras ni eso; usan colchas y colchonetas. Sin agua, gas o energía eléctrica”…Los cuartos fueron construidos con láminas; algunas son de madera o ladrillo. Decenas de personas comparten un baño. Las viviendas se las prestan los patrones, mientras brindan sus servicios como jornaleros agrícolas, pero por otra parte, pagan más de mil pesos al mes a particulares que manejan un negocio sin control. A esto, hay que sumarle la ignorancia, los fenómenos de la drogadicción y alcoholismo; así como la violación de niñas y jovencitas…Tuvieron que suceder asesinatos, y una serie de fallecimientos provocados por un ambiente más que hostil, situación que habla muy mal de los empresarios agrícolas que no invierten en construir viviendas dignas, ni estancias en donde pueden ser atendidos los pequeños, mucho menos en construir escuelas como lo marca la ley federal del trabajo…Esta situación, también Habla mal de las autoridades de la secretaría del trabajo que no supervisa -o, se hace de la vista corta- y bueno es sabido el grado de corrupción que existe entre transportistas, enganchadores, patrones y autoridades para esconder esta realidad que avergüenza…Todo esto y algo más, tuvo que pasar para que el gobernador Rubén Rocha Moya ordenara a un equipo de trabajo a realizar una visita a las cuarterías de Ruiz Cortines y se iniciara un plan de acción que venga a dignificar la vida de los trabajadores del campo…El Dr. Celso Ortiz Marín, académico de la UAIM, e integrante de la Red Nacional de jornaleros y jornaleras agrícolas, comentó que hasta el momento no hay un programa que proteja a los asalariados del campo; puntualizando que la aspirante presidencial por Morena Claudia Sheinbaum, trae en su agenda crear un programa de beneficio social dirigido a este sector de alta vulnerabilidad. Ortiz Marín, señaló que el Sindicato Nacional de Asalariados del Campo de la CTM, -que por cierto nació en Guasave-, cobra dos pesos cada semana vía nómina a cada jornalero…La frase: “Qué triste se oye la lluvia, en los techos de cartón. Qué triste vive mi gente; en las casas de cartón”; parte de la canción la casa de cartón, obra publicada por el escritor peruano Martín Adán -seudónimo de Rafael de la Fuente Benavides- en 1928. Soy Mario Castro, servidor de usted.

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