De Ruth Barrick, una receta infalible, solo aquí en Hablando Claro; ¿Dónde más?…Tome doce hermosos y bien cultivados meses y separe de ellos, todas las partículas de malquerencia y, Hablando Claro, arranque todas las pequeñas manchas de mezquindad. Téngalo todo fresco y limpio cuando por primera vez viniera del almacén del tiempo. Corte esos meses en treinta pedazos y no intente con ellos hacer un atado completo al mismo tiempo. Mucha gente todo lo inutiliza por ese medio…Separe un día por vez, como sigue: En cada día ponga doce partes de fe, once de paciencia, diez de sinceridad, nueve de ánimo, ocho de perseverancia, siete de confianza, seis de descanso, cinco de lealtad, cuatro de esperanza, tres de caridad, dos de meditación y una muy bien seleccionada resolución…Agregue a todo esto una cucharadita de buen espíritu, una leve rociada de alegría, un pellizco de jovialidad, una brizna de juego y una taza de buen humor. Vacíe el contenido total en una buena cantidad de amor y felicidad y mézclelo todo con júbilo…Cocínelo enteramente con calor fervoroso, aderécelo con risas y con una ramita de deleite; entonces, sírvalo con quietud, desinterés y coraje; y el resultado será, sin duda, un excitante y exitoso año…Amigo lector: Que el año que está por venir, nos libremos de nuestra pereza, de nuestro orgullo y de nuestra locura, porque son impuestos que no es fácil que los diputados puedan librarnos decretando su derogación…La frase: “Dios ayuda a los que se ayudan;” la publicó el pobre Ricardo en su almanaque de 1733. Soy Mario Castro; miembro activo del SNRP.