El obispo, Emilio Lozoya… Las acusaciones contra el ex director de PEMEX, sacudieron las estructuras del al Partido Revolucionario Institucional; ya que detrás de los cargos en su contra se advierte la operación de una red de corrupción que habría permitido el financiamiento ilícito de la campaña del expresidente Peña Nieto y de otros exmandatarios priistas… El doce de febrero de este 2020, Lozoya Austin, que andaba a salto de mata por Europa, fue detenido en Málaga; España, -dato confirmado por el fiscal general Alejandro Gertz Manero-…Pero, Hablando Claro, Lozoya aceptó ser extraditado a nuestro país y prometió colaborar con las autoridades mexicanas para dar santo y seña de una presunta red de corrupción a nivel federal en el sexenio pasado. A cambio podría obtener beneficios como el no ser huésped del reclusorio norte, ni enfundarse el uniforme a rayas…Desde la comodidad de su casa, el exfuncionario, brindando con vinos cuya botella tiene un precio de 25 mil pesos y como lo prometido es deuda, -dijera mi nana Luisa,- Emilio Lozoya Austin, confirmó –como buen obispo- lo que todos los mexicanos sabíamos al denunciar directamente a Enrique Peña Nieto y a Luis Videgaray Como los orquestadores de los sobornos que fueron utilizados para para financiar la campaña presidencial de 2012 y la compra de votos en el Congreso para aprobar el paquete de Reformas Estructurales…De entrada, pues, este show a la mexicana, apenas acaba de iniciar y hay mucha tela de donde cortar. En los umbrales de un proceso rumbo a las elecciones del 2021, el nonagenario PRI, está prácticamente ahogado en sus propias miasmas y será un milagro si llega a sobrevivir…Los nuevos tiempos políticos que soplan desde Mérida a Ensenada, son huracanados y estructuras caducas no soportarán su fuerza y terminarán por sucumbir; hay que tener presente que, en México, la rueda de la historia comenzó a girar y nadie podrá detener su frenético camino…La frase: “Es comprensible que algunos respetados analistas políticos digan que a estas alturas el PRI puede estar vivo o muerto, al cabo que no sirve para nada;” la escribió el periodista Pablo Hiriart. Soy Mario Castro; miembro activo del SNRP.