En estos primeros siete meses del nuevo gobierno, el andar se ha hecho lento y pareciera que el tiempo corre en cámara lenta. Lo curioso del caso es que donde se ponga el dedo en cualquier actividad gubernamental heredada por el antiguo régimen sale una irregularidad que tiene que ser resuelta por el Presidente y como son tantas, pues no le alcanza el caldo para tantas albóndigas.
Es claro que el tiempo es la mejor medicina para todo y en estos tiempos de urgencia todo se quiere para ayer.
Si bien es cierto que la economía mexicana no se mueve en los términos que agraden a los críticos, debemos entender que los dueños de los dineros nunca ponen sus huevos en una sola canasta.
Los inmigrantes de Centroamérica y de otros orígenes del mundo con destino a los estados Unidos, deberán regularizar su entrada a México, de lo contrario la Guardia Nacional los regresará al sur de la frontera de nuestro país. Si es correcto o no hacerlo, eso el tiempo lo dirá.
La Guardia Nacional será desplegada en 150 regiones del país, principalmente en los estados en que mayormente se requiere. Los negritos en la gestión del nuevo gobierno seguirán saliendo y en la medida en que la ciudadanía sea más participativa, será en la medida en que la actividad administrativa gubernamental se vaya regularizando.
Las grandes inversiones que están proyectadas en el programa presidencial, por cierto recién aprobado el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, irán tomando forma en la medida en que los inversores adquieran más confianza en la gestión obradorista.
Las denuncias empiezan a labrar la tierra de manera distinta y los presuntos culpables habrán de comprar los implementos para salir sin manchas de las imputaciones que ya fueron hechas formalmente.
Todo indica que nadie se había percatado que vivíamos en un país distópico, en que todo estaba amarrado con los hilos del interés y del saqueo. La proclama por los actos de corrupción antes de la llegada de AMLO era poca o casi nula, existía la proclama del lado opositor al régimen LEGIÓN pero no era suficiente para que el executivo Peña tomara las decisiones de lidiar con las críticas que se le imputaban. Se fue junio y la verdad es que debemos ver que el elefante reumático se empiece a mover más rápido.
Creo que la mejor frontera que podamos tener en México es que los mexicanos tengamos trabajo aquí, al igual que cada país pueda mantener a su gente ocupada.
Oswaldo del Castillo Carranza, director de Didaktica.