Uno de los días de fiesta más sentidos socialmente en el calendario de México es, sin duda, el 15 de mayo, fecha en que se rinde homenaje a los profesores mexicanos.
El de este año cubre un gran significado. Se cumplen 100 años de la primera conmemoración de esta festividad, decretada por el presidente Venustiano Carranza.
Este es un día grande para quienes fuimos alumnos porque en el aula, en el patio, o en clases particulares, los docentes nos llevaron de la mano para desarrollar uno de los ejercicios más difíciles en la vida: Pensar.
Con su información, sus explicaciones, sus métodos de memorización, su forma de de desarrollar la clase y sus tareas para llevar a casa, además de su interés personal en que se comprendiera lo que enseñaba, estimulaba la inteligencia y nos obligaba a preguntar y preguntar hasta llegar al feliz término del pensamiento.
Y con ese pensamiento tomar decisiones y avanzar.
Entendemos que la tarea del profesor responsable es muy pesada si tomamos en cuenta que para impartir clases hay que estudiar a fondo, diseñar la clase, buscar la mejor forma de exponerla, en algunos casos ensayarla y, finalmente, enfrentarse a un grupo cuya mayoría desatiende sus exposiciones y solo unos pocos la aprovechan.
Son muchos los motivos por los que un niño muestra desinterés; pero es el maestro uno de los agentes sociales que descubre el porqué de sus debilidades, que van desde una pobre alimentación hasta los desafectos y problemas diarios en su entorno.
En lo que puede, el maestro, ayuda al niño para que supere esos obstáculos y siga adelante en su formación.
El maestro que sabe, sabe enseñar y además es prudente a la hora de aconsejar, es una joya muchas veces incomprendida, pero al final del día encuentra estímulos en el aprecio de sus alumnos y algunas veces en los padres de los mismos.
En esta sociedad nuestra, cuando los padres de familia acudimos a un evento de graduación, desde el kínder hasta la alta educación, felicitamos a nuestros hijos por sus éxitos y la mayoría nos olvidamos de presentarnos con los maestros y dar las gracias por lo que aportó; que no es cosa menor.
Se nos olvida que nuestros primeros maestros, que fueron nuestros padres, nos enseñaron el valor de la gratitud.
En esa línea de valor, y porque queremos preservar el Día del Maestro, todos en Así es la Política, expresamos:
¡Gracias maestros por estos cien años!
