Humorismo Edición No. 1715

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Un hombre estaba a las 2 de la madrugada tocando la puerta del dormitorio de la sirvienta, cuando de pronto su mujer se levanta y lo sorprende:
-Sinvergüenza, ¿qué estas haciendo?
-Y el marido le contesta: ¡Shhh! Cállate, si me abre es puta y mañana la echamos.

A Manuel le regalaron un loro por su cumpleaños; ya era un loro adulto, con bastante mal genio y que no paraba de decir barbaridades e insultar a todo el que pasaba por delante.
Un día Manuel trató de corregir la actitud del loro, hablándole bien y con mucha educación, le ponía música suave y siempre lo trataba con mucho cariño.
Pero el loro seguí sin cambiar su actitud y llegó un día en que Manuel casi se mete en problemas con una vecina a la que el loro le dedicó un par de groserías y, cabreado, le advirtió que cerrara el pico, el loro no le hizo ni el menor caso y Manuel perdió la paciencia y cogiéndolo del pescuezo metió al loro en el congelador.
Por un par de minutos aún pudo escuchar los insultos del loro y el revuelo que causaba en el frigorífico, hasta que de pronto todo se quedó en silencio.
En ese momento, Manuel arrepentido y temeroso de haber matado al loro, rápidamente abrió la puerta del congelador.
El loro salió despacio y con mucha calma miró a su dueño y dijo:
-Siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud, te pido mil disculpas y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento.
Manuel estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro y estaba a punto de preguntarle qué es lo que lo había hecho cambiar de esa manera, cuando el loro continuó:
-Pero…¿te puedo preguntar algo?,…¿Qué fue lo que hizo el pollo?

EL CHORIZO
Un tipo se quería casar con una muchacha judía y para eso le pidió permiso al padre de ella. Al ir a la casa de los judíos el padre le explicó:
“Nosotros somos judíos y tenemos una manera peculiar de hacer las cosas, si te quieres casar con mi hija tendrás que pasar una prueba.
Toma esta manzana y regresa mañana.
El chico salió con su manzana y regresó al día siguiente, el padre de la chica le pregunta:
“¿Qué hiciste con la manzana?”
“PUES ME LA COMÍ, TENIA HAMBRE”- le dice el tipo.
El judío le dice: -“Muy mal, muy mal.
– Nosotros los judíos pelamos la manzana y con la cáscara hacemos un vino delicioso, luego la partimos en dos, nos comemos una mitad y el resto la repartimos entre la familia, luego las semillas las vendemos en el mercado y si nos sobran las sembramos en la casa. ¿Te das cuenta? No damos el lujo de desaprovechar lo más mínimo de cada alimento. Así somos nosotros, te daré otra oportunidad.
Toma este chorizo y vuelve mañana.
El tipo salió que se lo llevaba el diablo, y regresó al día siguiente.
“Muy bien”, -le dice el judío- “qué hiciste con el chorizo?”
“Bueno señor”- responde el muchacho- “con la cuerdita que ataba el chorizo me hice unos cordones para mis zapatos, con el pedazo de metal que traía en la punta hice una medallita para su hija, luego partí el chorizo en rodajas, me comí un pedazo y el resto lo repartí entre mi familia y los pobres.”
-“Muy bien” -dice el judío “y que hiciste con el forro del chorizo?”
-“Fabriqué un condón y me cogí a su hija y aquí le traigo la lechita para que se haga un cafecito con leche, pinche suegrito mamón!!!

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