“Memo” Galindo marcando diferencia en Mocorito.
Parece imposible pero a pesar de todo los problemas que le dejaron al gobierno de Guillermo “Memo” Galindo, el municipio de Mocorito esta progresando a pasos agigantados.
Bien lo dijo “Memito” Galindo en campaña, “Hace más el que quiere…que el que puede” a pesar de recibir el municipio en la quiebra y con deudas millonarias, el carismático presidente municipal ha estado haciendo grandes cosas a puro pulmón y con mucha voluntad.
La semana pasada volvió a dejar a todos los mocoritenses asombrados y a sus enemigos espantados, al meterse a la zona serrana de la sindicatura de El Valle, una área muy abandonada y olvidada por las pasadas administraciones, los mismos pobladores de la sierra lo miraban como un reto al decir que el alcalde no iría, pero sí algo ha demostrado Guillermo Galindo es la valentía para hablar de frente y con honestidad ante los mocoritenses y más cuando ha estado haciendo las cosas bien, como en esa ocasión en donde no llegó con las manos vacías, al beneficiar a casi 300 familias con apoyos alimenticios, también les dio la buena noticia a un numeroso grupo de madres de familia en las comunidades de Corral Quemado y El Sauce de Los Gámez, quienes estarán becadas para estudiar cursos de costura, mientras que en la comunidad de El Manchón visitó la escuela primaria para iniciar las gestiones de construir una techumbre.
Definitivamente las cosas están cambiando para bien en Mocorito, sí antes los presidentes no se paraban ni de jugando por la sierra, ahora “Memo” Galindo va y lleva apoyos…casi por nada la gente dice que va que vuela para la reelección.
También en la zona agrícola dio de que hablar el presidente, ya que estuvo por Recoveco y Caimanero junto al secretario de Salud de Sinaloa, Alfredo Román Messina, para dar por inauguradas las rehabilitaciones de dos Centros de Salud que han quedado como nuevos, luego de estar prácticamente en ruinas. Aquí es muy evidente la ayuda y respaldo del gobernador Quirino Ordaz Coppel, quien desde su llegada al poder no ha dejado abajo al alcalde de Mocorito, como la carretera por ejemplo, la cual ningún presidente anterior pudo conseguir. Ahora esa situación molesta a muchos políticos, ya que “Memo” es harina de otro costal en cuanto al grupo político del gobernador, pero eso no ha impedido el respaldo para Mocorito y mucho menos quebrantar la buena relación entre Quirino y Guillermo, además no es un secreto que el gobernador tiene una buena amistad con los Galindo desde hace mucho tiempo, sobre todo con Fernando Galindo (un primo hermano de “Memo” que esta bien parado en el Gobierno de la República).
La verdad es muy evidente y es claro el gran trabajo de Guillermo Galindo, el cual hasta ahorita nadie ha podido opacar, ni sus contrincantes políticos como Juan Avilés y Hernán Cuevas, los regidores (sin talento) del PRI o algunos periodistas chayoteros que por más que lo han difamado de manera abusiva y corriente, no han logrado que “Memo” Galindo los mantenga sin hambre para cambiar críticas por flores…en fin
Ya tocando el lamentable tema de la pérdida de valores en la prensa, lo cual no es un problema meramente de la región del Évora, sino basta con recordar los acontecimientos pasados en la desgracia que ocasionó el sismo en el centro del país. No cabe duda que nuestro México esta lleno de gente con buena voluntad y solidaría, con la desgracia ocasionada por el sismo sufrido en el centro del país, salió a relucir lo mejor de nuestra gente y también lo peor. A muchas personas les nace de corazón ayudar a los demás, pero también hay otras que jamás hacen algo bueno y desinteresado por sus propias familias y muchos menos por gente que no conocen. Con el fenómeno de Facebook, Twitter o Whatsapp las buenas acciones se proyectaron de manera internacional, casi todo el país se volcó para ayudar a los afectados, y para evidenciar su aportación y ayuda casi casi era indispensable darlo a conocer en redes sociales.
Otro escándalo vergonzoso fue el supuesto montaje del rescate de una pequeña niña llamada Frida Sofía, las televisoras estuvieron trasmitiendo minuto a minuto como un verdadero Reality Show, casi todo el país estaba al pendiente del desenlace y las televisoras felices de la vida acaparando rating y fabricando una novela de la vida real. Cuando estaba el show en su máximo apogeo, llegó la Marina de agua-fiestas al poner un alto y declarar que según sus investigaciones… estaban totalmente seguros de que la supuesta niña Frida Sofía ¡no existía!!.
Ante la tragedia y desgracia, cómo mexicanos hemos mandado dos mensajes muy claros al mundo:
El primero es que somos inmensamente solidarios y tenemos una capacidad de reacción impresionante para unirnos contra las desgracias.
El segundo es que somos un país lleno de gente “hambreada” de popularidad, protagonismo y con muchas ganas de llamar la atención (Sin importar el motivo de la desgracia).
Yo no sé ustedes, pero cuando a una persona realmente le nace ayudar, lo primero que se le viene a la mentes es auxiliar al afectado, o una persona en peligro, lo primero que piensa es ponerse a salvo. Menciono ésto porque es alarmante el gran número de personas que estaban grabándose cuando había personas heridas a escasos tres metros de ellos, y otros que en lugar de ponerse a salvo, prendieron el celular para grabar y luego averiguaron para donde irse. En Pocas palabras les ganó el protagonismo y por unos likes arriesgaron la vida.
En cuanto al supuesto caso de la niña Frida Sofía, mismo que las televisoras siguen defendiendo como real, aquí solo diremos que sea cierto o verdadero, lamentablemente la prensa en nuestro país está en agonía, son contados los medios que están al servicio del pueblo tal y como lo indica la ética periodística, sin temor a equivocarme el 98% de los medios de comunicación están al servicio de intereses particulares y solo se publica para publicidad y no información de servicio. Las difamaciones y extorsiones periodísticas están a la orden del día en nuestro Mocorito, en nuestro estado de Sinaloa y en nuestro México. Aquí solo el intelecto y buen juicio de la ciudadanía puede salvarnos.