Autonomía o Extraterritorialidad…?
Es autónomo quien se pone límites a sí mismo, y no el que hace cualquiera cosa por sí mismo, sin poderla justificar como correcta o adecuada. Valor UNAM
La semana anterior, en las celebraciones del Día del Estudiante se registraron actos de violencia entre grupos de jóvenes en el interior de la Ciudad Universitaria de la UAS, en Culiacán.
La fiesta se salió de control y se desató la violencia entre grupos de estudiantes que comenzaron con agua pero luego pasaron a los golpes y garrotazos.
Hubo llamados a la policía y acudieron patrullas con agentes que entraron a los patios de la institución para calmar los ánimos de los violentos produciéndose algunas detenciones de los mas rijosos.
Esto desató de nuevo la pólémica sobre la autonomía universitaria iniciada por el propio Rector Juan Eulogio Guerra que manifestó indignación por la presencia de policías en la Universidad y exigiendo que las autoridades municipales y policiacas reconocieran que fue una falta de respeto.
Algunos universitarios aceptaron la necesidad de la intervención policiaca porque de no haberse dado, la violencia hubiese alcanzado proporciones mayores. Otros, sobre todo aquellos que tienen en la mente las ideas del pasado condenaron la intervención policiaca en las instalaciones uaseñas.
Algunos consideraron que el error de las autoridades policiacas fue no haber pedido permiso al Rector para entrar a los jardines y corredores de Ciudad Universitaria.
Esto fue, incluso reconocido por las autoridades municipales sobre todo con el ánimo de evitar conflictos mayores por la supuesta violación de la autonomía.
La pregunta es: ¿si la Policía hubiese buscado al Rector para pedirle permiso, se lo hubiera otorgado?
Otra: Si la Policía se demora en entrar y sofocar la gresca esperando la autorización de las autoridades universitarias. ¿no existía el riesgo de consecuencias mayores, mas allá de los apaleados? Los ánimos de los estudiantes enfrentados estaban muy caldeados.
Ahora bien, con estos hechos se trae de nuevo a colación el tema de la autonomía universitaria que unos entienden de una forma y otros de otra, entre ellos reconocidos jurisconsultos
Aquí, el problema es que algunos confunden la autonomía con extraterritorialidad, que con dos conceptos diferentes.
Quienes demandan respeto a la autonomía universitaria piensan que ésto coloca las instalaciones y terrenos universitarios como un territorio independiente del Estado, sea entidad local o federal. Y esta confusión ha dado resultados trágicos en el pasado no muy remoto que nadie en su sano juicio quisiera que se repitieran.
Pero, que es la autonomía universitaria?
La autonomía universitaria es la independencia política y administrativa de una Universidad pública respecto de factores externos. El principio de autonomía sostiene que la universidad debe ser autónoma y auto-gobernada, y que debe elegir sus propias autoridades sin injerencia del poder político, decidiendo sus propios estatutos y programas de estudio.
Sin embargo se considera como un aspecto secundario, aunque de gran importancia que la autonomía universitaria suele implicar la inviolabilidad de los edificios universitarios por parte de las fuerzas de seguridad. Aspecto secundario que no aparece en ningún decreto gubernamental.
Es pues, la autonomía la facultad o el derecho que tiene la institución para dictar su propio régimen interno y a regular exclusivamente sobre él; es el poder de la Universidad de organizarse y de administrarse a sí misma. Dicha autonomía es consustancial a su propia existencia y no a una merced que le sea otorgada como una de las garantías constitucionales
Veamos lo que al respecto escribió en el 2004 el ex Rector de la UNAM (1970-1972), Javier Barros Serra, en un amplio documento en el que describe sus conceptos sobre la autonomía y concluye:
“Yo sé que lejos de llevar al consenso muchos de ellos son necesariamente polémicos y despiertan fuertes oposiciones emocionales e intelectuales que corresponden a creencias arraigadas, encontradas, a conductas contrapuestas. Y es precisamente en ese punto donde la Universidad y los universitarios tenemos que mostrar nuestra principal contribución, nuestro más rico estilo de combinar diálogo y dialéctica. Por eso a manera de conclusión enuncio 10 políticas específicas por las que me parece que todos los universitarios debemos luchar.
“1.- Por fortalecer y aumentar la autonomía universitaria dentro y fuera de la universidad; 2.- Por fortalecer a todas las universidades autónomas del país, de América Latina y del mundo. (Quiero a ese respecto celebrar la creación de un Espacio de Educación Superior en la Red de Universidades de América Latina y el Caribe.); 3.- Por un conocimiento del más alto nivel en ciencias y humanidades, en artes y tecnologías. 4.- Por la enseñanza de las “nuevas ciencias” y del pensamiento crítico, de la historia como memoria colectiva, como narrativa, y como horizonte utópico de un mundo emergente, alternativo. 5.- Por dar mejor educación al mayor número, diseñando políticas desde la educación superior intramuros y extramuros, e impulsando desde las universidades, con estudiantes y profesores, nuevas y permanentes campañas de alfabetización.
“6.- Por organizar cursos de actualización y de enseñanza-aprendizaje para los profesores e investigadores de punta, y para todo el magisterio nacional; 7.- Por defender las universidades, la investigación científica y humanística y al sistema educativo frente a los recortes presupuestales que se les están imponiendo en una forma autodestructiva de la educación y de la Nación; 8.- Por redefinir la difusión cultural del siglo XXI, articulándola con la Universidad abierta, presencial y a distancia; con un plan de ediciones, radio y televisión, y con unidades de producción de material didáctico y creativo; 9.- Por defender la libertad de cátedra, de investigación y de difusión de la cultura como valores consustaciales a la autonomía y a la construcción de espacios de diálogo nacional, internacional, latinoamericano, indoamericano y multicultural; 10.- Por organizar el autogobierno de la universidad en función de sus objetivos universales y nacionales, con autonomías en sus grupos de trabajo científico y humanístico, técnico y artístico para que alcancen los más altos niveles de la creación y la inteligencia, sin confundir la disciplina con el autoritarismo ni la democracia universitaria con la democracia de los pocos, con los pocos y para los pocos, sino con el respeto de todos los universitarios a las reglas que ellos mismos se impongan para alcanzar los objetivos de la universidad en nuestra América y en el mundo.
Ese es el concepto de autonomía expresado por el ex Rector Barros Serra.
Por otra parte, que es extraterritorialidad? La enciclopedia libre Wikipedia refiere:
“Se llama extraterritorialidad a la ficción jurídica, admitida en Derecho internacional, por la cual un edificio o un terreno se considera en país extranjero, como una prolongación del país propietario, como en el caso de las embajadas, consulados, bases militares y, en ciertos aspectos, los buques. En realidad no supone la conversión a todos los efectos de ese territorio para que sea una prolongación del país propietario, sino que queda exento a efectos de jurisdicción de la aplicación de la ley del país en el que está ubicado. La causa de esta exención se ubica en el resultado de negociaciones diplomáticas”.
O sea, son dos cosas diferentes. Y la Universidad no es un Estado dentro de otro Estado.
Tiene si, como ya quedó asentado el derecho al autogobierno a decidir por si misma rumbo, academia, investigación y administración.
Ahora que, por respeto a la institución y evitar malos entendidos o que acciones de seguridad sean tomadas como pretexto para reacciones violentas, la autoridad constitucional debe guardar el principio de respeto institucional.
Pero, insisto, una cosa es autonomía y otra extraterritorialidad.