Tiempo de Guasave Semanario No. 1680

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COMO SE ESPERABA. Las radicales decisiones de Diana Armenta Armenta para poder destrabar el “nudo” económico que le dejaron las anteriores autoridades del ayuntamiento, la han llevado a tomar posturas, como lo dijimos antes, radicales y sin intención de retroceso, que de alguna manera van a afectar a grupos políticos, de proveedores de servicios y proveedores en general, de tal forma que cada uno de los problemas que quiere erradicar, se le enfrentará con una reticencia, iniciando la intención de acusar al propio gobierno municipal de querer hacerle daño a quienes hasta hoy le habían “servido”. Difícilmente los ciudadanos caerán en este “garlito”, pues cuando te cierran la puerta de las grandes ganancias que acumularon, tienen para hacerle frente a las acciones legales que una autoridad deberá utilizar para quitarse de encima gastos que lastiman el cordón umbilical de la administración pública, como lo es la nómina. TENEMOS EL COMENTADO CASO DE STASAG, donde la decisión de la alcaldesa fue radical, honesta y si nos fijamos bien, de justicia, al no pagar salarios que bajo ningún concepto son devengados –especialmente por trabajadores comisionados al sindicato- y cuya reacción de los propios sindicalizados fue también radical, al anunciar el líder Pimentel que se llevaría a cabo una huelga estatal de todos los sindicatos de los ayuntamientos de Sinaloa, en apoyo a su “dignísimo” salario de 45 mil pesos mensuales. Al parecer, al líder del sindicato poco le importan los cerca de 400 trabajadores de base, que ganan entre 3,000 y 3,500 pesos mensuales, mientras a ellos no los afecten sus salarios igualitarios a funcionarios de “primerísimo” nivel del ayuntamiento. La ley es muy clara y normalmente sirve para emparejar, igualar, nivelar, equilibrar y balancear el salario con la actividad que se desempeña. Si estas consideraciones no se tomaron en cuenta en el transcurso de los últimos 9 años para normalizar el pago de los comisionados del sindicato de los trabajadores del ayuntamiento de Guasave, definitivamente no es culpa de quienes por cuestión natural cada 3 años reciben las riendas del propio ayuntamiento. La ley, entiendo yo, sirve o cuando menos debe servir para “desfasar estos entuertos”, y las nuevas autoridades se apegan a la misma, utilizando las instancias que para tal efecto existen en esa competencia. Lo más interesante es que 3 meses antes de tomar posesión la administración de Diana Armenta Armenta, ya se había dado un anuncio de que todo lo que estuviera irregular se iba a regularizar. De que todo lo que no tuviera bases sustentables, deberá corregirse en su totalidad, y de que aquéllos que esperan no recibir ningún castigo por el mal uso de los recursos públicos, que se prepararan por que su gobierno no venía a “hacer hoyos para tapar hoyos”, que venía a limitarse a los ingresos que hasta el momento le correspondían, pero también con la firme decisión de recuperar muchos recursos que fueron desviados y mal utilizados por sus antecesores. Bajo esas circunstancias nadie debe de asustarse, pues no nada más la crisis que enfrentó desde el primero de enero confirma la inadecuada utilización de los recursos, sino que el propio ayuntamiento quedó inhabilitado para conseguir créditos que le ayuden a salir de este profundo bache económico. Sin embargo, proyectos generados en el transcurso de las elecciones a la toma de protesta le han resultado relativamente positivos, de tal forma que se están llevando a cabo obras que durante los últimos 3 años estuvieron paralizadas y olvidadas. DURANTE MUCHOS AÑOS, esta columna se ha reservado uno de los pocos derechos que le corresponden, y es el cierre de la misma. En este cierre hacemos un recordatorio constante que dos instituciones que a todos nos han servido de una o de otra manera, como es el caso de la Cruz Roja y Bomberos. Hoy, resulta muy triste enterarnos de que el IMSS está a punto de embargarle a Bomberos, maquinaria y utensilios propios de la actividad que realizan. Hoy no le pedimos, le exigimos a su capacidad humana y moral, para darle la mano a una institución que nos la da a todos. H.P.S.D.Q.

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