El mochitense Erick Gutiérrez se alza como el mejor futbolista de las Olimpiadas y además de la delegación mexicana en esa justa mundial deportiva.
Pero hasta ahí llegó con la derrota ante Corea por uno cero, pero demostró su calidad individual; pero sin medalla colgada.
Cuatro goles ante un Fidji que debutaba en los Juegos Olímpicos, aunque no desmerece su actuación. Un joven que juega para el Pachuca en el futbol mexicano, todo hace suponer que ello -esa hazaña- lo impulsará para que equipos europeos se interesen en sus servicios, previa autorización de los propietarios y altos directivos del Pachuca.
En cambio, Oribe Peralta, en un choque con el portero del conjunto contrario salió con fractura de su nariz, lo que hizo retornar a México.
Peralta deseaba aumentar sus goles olímpicos ya lleva cinco, ya que cuando ganaron el oro en Londres, hizo lo que quiso con los porteros contrarios.
Eso sucede con los jugadores novatos en este caso de Fidji. Hacen las cosas o jugadas muy torpes, sin mala intención.
Tres jugadores de México salen lesionados y ello no es buen síntoma.
Gutiérrez, alto e inteligente supo mover el balón a placer. Aprovechó pases espectaculares y cañoneó al portero rival. Está en un excelente escaparate mundial y los equipos europeos ávidos de nuevos valores, o para tener banca excelente, lo pueden contratar. Uno, nada más, claro. En eso ganará el Pachuca que pedirá algunos millones de pesos devaluados, pero que le servirán de mucho en la contratación de varios jugadores y gastos de mantenimiento.
La infraestructura del Pachuca es buena y hasta su salón de la fama tiene. En esa galería incluyeron al hombre de Culiacancito, Francisco Jared Borguetti Echevarría.
Marcos Bueno, el otro sinaloense que juega en la selección, pertenece a las Chivas del renegado Jorge Vergara y ha hecho un papel modesto en los JO.
Suceda lo que suceda, Erick Gutiérrez, pasa a formar parte de los protagonistas de récords de los Juegos Olímpicos.
Raúl Gutiérrez, su director técnico le tiene buen aprecio.
LASTIMA MARGARITO, GANO A PAEZ PERO SUFRIO.
A los empresarios del boxeo les vale que los pugilistas casi se mueran arriba del ring. Lástima que hagan volver al hombre de Tijuana, Antonio Margarito, que casi se quedaba ciego en su pelea con el puertorriqueño Miguel Cotto y que el sábado 6 de agosto sufrió (más que un padre amoroso) en su pelea de retorno ante el Maromerito Páez; mismo que debió salir con un empate.
Los jueces como siempre decretaron una injusta decisión unánime. Cuando menos la hubiesen disfrazado con una decisión dividida.
Fue una pelea al tú por tú. De toma y daca hasta que el tijuanense se fue a la lona. Parecía una ceiba anémica que cayó de espaldas y retumbó el ring.
Entonces un tipo que tiene una caída y que estuvieron a punto de noquear no debe ganar por decisión unánime. Se levantó más dolido que un leproso y lo salvó la campana. A Páez le faltó rematar y ese fue su pecado.
Los cronistas de varias televisoras registraban un empate, o decisión dividida, a favor de Páez.
En el boxeo todo puede suceder. Quizás tenga más poder de convocatoria Margarito y llene las arenas de los hoteles de las Vegas y Los ángeles.
Gracias a todos los lectores que me enviaron saludos con motivo de mi cumpleaños 59 de vida el pasado lunes 8 de agosto. Pido perdón a quienes involuntariamente he dañado y me da orgullo ayudar a muchas personas en cuestión moral y económica. Actualmente apoyo a indigentes o desempleados con comida gracias al apoyo del senador Aarón Irízar López.