Los Puntos Sobre las ÍES… Semanario No. 1601

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Reforma a la reforma…

¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle?
George Herbert

Las recientes elecciones pusieron a prueba la nueva legislación federal demostrando que si bien fue posible sacar un proceso sin mayores problemas hay deficiencias que deben corregirse mediante una reforma a la reforma, pero también es una advertencia para el Congreso sinaloense que tiene en la agenda la reforma electoral a fin de que la definitiva no salga con las deficiencias de la federal sino que resulte un documento que sea ejemplo a nivel nacional como lo han sido algunas leyes expedidas en esta y anteriores legislaturas.

El mismo ex Presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, se sumó a otras voces expertas señalando la necesidad de una nueva reforma porque la legislación actual tiene serias deficiencias en financiamiento, en la operación del financiamiento ilegal, la fiscalización, contenidos de propaganda política, sistema de justicia electoral, criterios para otorgar registro a partidos políticos, entre otras.

México requiere de una auténticamente democrática legislación electoral, partiendo desde la misma integración de los máximos órganos electorales en donde está presente la mano de los partidos políticos que son los que proponen a los consejeros.

Una legislación que de transparencia real, no simulada a los procesos y también a la operación de los partidos políticos que viven de los recursos que salen de los impuestos que pagamos los mexicanos.

El hartazgo ciudadano se ha manifestado una vez más cuando el verdadero ganador de las elecciones no fue un o unos partidos, sino el abstencionismo.

En el manejo de cifras se aplica la teoría aquella del vaso medio vacío y medio lleno cuando se habla de que la participación ciudadana fue del orden del 47%, cuando se debería reconocer que el abstencionismo fue del 53%. En Sinaloa el abstencionismo fue de 61.67%. Es decir, ¡una vez mas ganó el abstencionismo!

Pero si restáramos los votos nulos que superaron los efectivos de por lo menos siete partidos al total de los que entraron a las urnas, las cifras variarían aumentando el porcentaje de abstención.

Esto, producto del hartazgo ciudadano por la existencia de partidos electoreros que son manejados por vivales que encontraron en ellos su modus vivendi. Por ello la necesidad de modificar de nuevo las reglas para la creación de nuevos partidos y subsistencia de los familiares y satélites.

También por la postulación de candidatos en forma antidemocrática.

Hartazgo también cuando los partidos, con algunas excepciones, no generales sino en comités municipales, solo trabajan en temporadas electorales cuando deberían tener acciones permanentes de atención y gestoría como lo hace el PRI ahomense.

Decía en líneas anteriores que los legisladores locales deberían poner atención a este tema cuando está en la agenda legislativa la nueva Ley Electoral del Estado, no solo para evitar los errores que tiene la federal, sino para crear una ley de vanguardia que sea ejemplo nacional.
Así como aprobaron la reelección de diputados, alcaldes y regidores deberían aprobar también el referéndum y la revocación de mandato como lo ha propuesto la fracción del Partido Sinaloense.

También incluir en la legislación la obligatoriedad de los funcionarios electos por el voto popular de cumplir cabalmente los períodos para que fueron electos y no dejarlos para brincar a otro. Es decir, la llamada “ley antichapulin”, también propuesta por el PAS.

Que no le saquen la vuelta o. ¿pretenden imitar también a los chapulines?

Estamos muy a tiempo de que la legislatura actual asuma plenamente su responsabilidad y le de a Sinaloa una Ley moderna.

Digo estamos a tiempo porque ya este martes se dio lectura al dictamen que crea la nueva Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Sinaloa, que ya considera las candidaturas independientes, pero no otros puntos, como los señalados anteriormente que no son caprichos de un grupo sino demanda de la ciudadanía que requiere ver mas transparencia en la política para comenzar a creer en ella.

Los diputados de esta legislatura tienen la oportunidad histórica de sacar una nueva Ley lo mas completa posible, que no tenga que ser objeto de mas parches, remiendos o nuevas reformas en el futuro inmediato.

Que no suceda lo que pasa con la LEGIPE que apenas entró en vigor y ya requiere de reformas para enmendar sus deficiencias.

Ustedes tienen la palabra señora(e)s diputado(a)s.

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