No hay compadre que no haga daño
Hoy el morenísimo en Mocorito se encuentra ofendido, la alianza PAS-Morena también debe de estarlo y sin duda alguna, el pueblo también…lo acontecido no es para menos.
No hay compadre que no haga daño. Seguramente el gobernador electo, Rubén Rocha Moya conoce ese refrán tan popular en la tierra que lo vio crecer (Mocorito).
Hoy más que nunca quedó vigente ese dicho popular, con el vergonzoso circo ofrecido por su compadre, Enrique Parra Melesio, quien no conforme con lo favorecido, tanto él, como su grupo político al acaparar todas las posiciones de la planilla electoral que le tocaron a la fracción de Morena. Ha venido realizando un sinfín de acciones (más bien berrinches) que evidencian su ambición, egoísmo, falta de oficio político y hasta prepotencia al querer facultades que ante la ley no le competen, acciones que seguramente cree que justificará con el “compadrazgo”.
Decimos que el pueblo de Mocorito esta ofendido, en primer lugar, porque un municipio que luchó más de 80 años contra el PRI un partido que han vencido en las tres últimas elecciones; no le será nada grato saber que Enrique Para y su líder moral, Manuel “Memel” Jiménez, formen con ellos una especie de bloque político. Por congruencia de ideales y por las posibles intenciones que conociendo a los personajes que la fomentan, no deben ser nada buenas.
Por un lado, el polémico “Chico” López, actual dirigente del PRI en Mocorito, un personaje con una imagen nada grata y tachado por innumerables señalamientos de corrupción, que van desde acciones para modificar cuestiones legales en temas de pensiones y jubilaciones a su favor, hasta otras penosos y delicados asuntos que lo han llevado al juzgado civil por evitar pagos de pensiones alimenticias, en donde pudo haber cometido abuso de poder para modificar su sueldo, y no duden que hasta falsificación de documentos posiblemente. Sin dejar de mencionar, irresponsabilidades y omisiones como funcionario, las cuales hoy en día siguen dañando al municipio, como es el caso de los ex policías. Una fichita que en Mocorito, todos conocen.
Por el otro lado se encuentra Manuel “Memel” Jiménez, un personaje poco querido, quien ha destacado su trayectoria política por ser un fiel servidor del mecenas del PRI en Mocorito. Incluyendo sus épocas como disque izquierdista (cuando le convenía) en el PRD, ya que en su etapa de regidor, se llevaron a cabo innumerables anomalías, de las cuales ni pujó, por ejemplo la denominada “Ley Chico” López, un acto desesperado por pensionarse o jubilarse antes de tiempo, el cual intentaron hacer los priistas cuando fueron derrotados por primera vez en la historia de Mocorito. Sin dejar de mencionar las obras inconclusas entregadas e inoperantes, como el drenaje de Rosa Morada y muchas atrocidades de la que siempre calló.
Son varias ocasiones que han visto reunidos a esta tercia Parra-Memel-Chico, hoy el mismo Enrique Parra aceptó dichas reuniones, unos decían que Enrique Parra no era igual que “Memel” y “Chico” López, pero también suena un refrán popular que dice: “Los perros no se juntan con los coyotes”. Hace unos días, el pueblo hacía conclusiones, hasta que esta mañana, Enrique Parra sacó el cobre, no se guardó nada y todo quedó evidenciado ante los medios de comunicación, en videos en vivo, notas y columnas.
Su falta de oficio político, lo llevó a aprovecharse de una rueda de prensa programada para presentar el Equipo de Transición Morena-PAS para la alcaldía de Mocorito. No tuvo el valor, ni la capacidad de programar su propia rueda de prensa y expresar su supuesto tema “que no incluyeron a sus amigos en el equipo de transición”, aunque todos realmente saben que fue una acción más para conseguir la Secretaría del Ayuntamiento, y con ello dejar a su suplente “Memel” como síndico procurador.
La jugada no le salió, hasta el momento María Elizalde no ha caído en sus amenazas y hoy Enrique intentó cumplir una de ellas, reventar la rueda de prensa, quiso verse como Lucio Cabañas y terminó como un auténtico “plebe chiquito”, molesto, inseguro y nervioso, no le importó, ni respeto el motivo que ahí se trataba. Mucho menos la presencia de un líder estatal como lo es el Maestro Héctor Melesio Cuén Ojeda y su alcaldesa electa María Elizalde.
Públicamente se atrevió a descalificar a morenístas que no son de su grupo. ¿Con qué derecho? Con el de compadrazgo quizá. ¿Con qué facultades? Ni siquiera es el líder municipal de Morena.
Con su comportamiento, Enrique Parra mandó un mensaje más que retador, fue vergonzoso para los morenístas de Mocorito. Porque ahora resulta que para ser morenístas él tiene que avalarlo.
Lo peor es que, a Enrique Parra se olvida que en Mocorito hay muchos grupos de Morena. Por ejemplo, el de Javier Cervantes, el de Juan Avilés… y es más, hasta el de Claudio López, quien a pesar de que promovió voto cruzado, también se considera morenísta y ni siquiera por eso el profe Enrique Parra estaría facultado para desconocerlo. Y qué decir del grupo del fundador de Morena en Mocorito, el Profe Nacho y su gente, quienes a pesar de que no les favoreció la candidatura por la gubernatura, trabajaron ardua y comprometidamente por el proyecto Rocha Moya-María Elizalde.
Para culminar, capitulemos sí realmente vale la pena todo el berrinche hecho para incluir a “Memel” en el gabinete municipal (aunque lo nieguen, ese el objetivo).
Ojalá y Enrique Parra recapacite, abra los ojos y ponga los pies en la tierra, porque con lo de hoy, acaba de comenzar a cerrar la puerta de su aspiración por llegar a ser presidente municipal, para eso se necesita un líder, alguien que promueva la unión de todos (no de un solo grupo) y hoy definitivamente quedó demostrado que Enrique Parra es una persona que divide y crea conflictos.