En 1985 unas semanas después del terremoto de la ciudad de México, que dejó miles de muertos y desaparecidos -aún no cuantificados- en octubre de ese año se proclamó campeón con los Reales de Kansas City en la Serie Mundial de Grandes Ligas, el mazatleco Jorge Orta apodado “Charolito”.
Le trajo a los mexicanos algo de alegría, luego del terrorífico terremoto del 19 de septiembre de 1995 de no gratos recuerdos.
Jorge Orta debutó en el big show con los Medias Blancas de Chicago el 15 de abril de 1972; es decir, hubo de esperar 13 largos años en acariciar un anillo de campeón mundial con otra franela de los Reales de Kansas City.
Una hazaña inolvidable.
En la Liga Mexicana del Pacífico, vestía la camiseta de los Venados de Mazatlán cuando hacía viajes para enfrentarse en Culiacán a los Tomateros o Guindas.
Se hospedaba en el Hotel Executivo, y se relajaba en el Lobby Bar la Hormiga. Siempre profesional el segunda base mazatleco, jamás pedía que le sirvieran bebidas con alcohol; no, al contrario, le ordenaba a la voluptuosa y linda mesera Vicki- nuestra miga- naranjadas, fresadas o limonadas.
A la distancia, este columnista y reportero de un diario local, líder en esa década, lo observaba muy galante con la Vicki.
Ella se dejaba querer, aunque llevaba una relación cordial y de respeto con uno de los mejores beisbolistas mexicanos.
Y pasaban semanas y los Venados de Mazatlán retornaban al nido de los Tomateros el hoy extinto y derrumbado Estadio Gral. Angel Flores, con su estrella: Jorge Orta.
Orta le siguió insistiendo a Virginia que fuera su novia -no su amante- y que se fueran a vivir a Estados Unidos a Chicago donde el sinaloense tenía una amplia y hermosa mansión.
Regalos costosos como anillos, relojes, collares, así como modestos monos de peluches, chocolates, frutas exóticas, terminaron por convencer que el moreno beisbolista quería algo serio en forma sentimental.
La Vicki alta y con medidas muy sensuales enloqueció a Jorge Orta cuando esta le dijo que sí quería ser su novia y con el tiempo -si la relación funcionaba- su esposa.
Se fueron a vivir a Chicago, primero y luego a Kansas y ella nos contó : “siempre me dejaba sola con la servidumbre que no hablaba español o un poco y eso me terminó de aburrir”.
Pero Vicki le dije en su momento tenías mucho dinero, joyas, automóviles, mansión y….ya ya, párale me contestó y “qué me ganaba con eso, si no tenía hombre en la cama”, citó.
En una de esas giras de Jorge Orta la Vicki tomó su equipaje y en avión se vino a Culiacán. Ella nunca se arrepintió, pero dejó triste y abandonado al segunda base mazatleco Jorge “Charolito” Orta.
Una historia que ni la extinta Yolanda Vargas Dulché, hubiera escrito para sus “Lágrimas y Risas” revista de gratos recuerdos.
APARECEN LOS PRIMEROS AMIGOS DEL CESAR DEL
BOXEO CON PLACAS EN SU NOMUMENTO.
Ya habíamos escrito en esta columna para Así es la Política que en el anverso del monumento al “César del Boxeo” Julio César Chávez habría plaquitas de patrocinadores que harían mejorar y conservar en buen estado la efigie del extriple campeón mundial.
Estos son de izquierda a derecha, Alborada Carnicería, Héctor Zamudio Terán -QEPD- Héctor M. Zamudio López y familia, C.PC. y M.I. Pedro Tapia Arellano, director del corporativo de contadores públicos Tapia Arrelano, Exa y su Línea Directa del Grupo Radial RSN, C.P.José Guadalupe Romero Ayala de Eldorado, Sinaloa, Casa Solorzano y Procosin.
Todavía caben como 30 placas y ello permitirá que este nonumento perdure por decenas de años e inmortalize al mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, Julio César Chávez.
Por cierto JC Chávez tendrá una pelea de exhibición posiblemente ante Mario ” Azabache” Martínez el 3 de julio en el Polideportivo Juan S. Millán.
Tiene de invitados al gobernador Mario López Valdez y al alcalde Sergio Torres para que se suban al ring, pero creemos Malova no es bufón de nadie y únicamente debe asistir de espectador al coloso de la Alvaro Obregón.