Verdades…a medias…?
La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre.
Tácito
Los trágicos acontecimientos en donde perdiera la vida Ernesto Valdez Solano, miembro de conocida y muy estimada familia de empresarios originarios de Rosario que había sido secuestrado días antes, están envueltos en una serie de circunstancias que vale la pena analizar y poner a la luz pública.
Una de ellas: en un principio se dijo que había un enfrentamiento entre presuntos ladrones de vehículos y policías. Luego, que eran secuestradores.
La versión oficial posterior indica que fue un operativo para rescatar a un secuestrado.
Si así fue, en efecto, ¿porqué los primeros participantes fueron agentes ministeriales y no la Unidad Antisecuestros que desde su creación ha actuado con buenos resultados?
¿Porqué, si se iba al rescate de un secuestrado, no se envió a esa unidad con elementos altamente capacitados y excelente equipo?
La UEA hubiese actuado como sabe. Sigilosamente, haciendo el menor ruido posible y buscando siempre proteger la vida del secuestrado. Con inteligencia no con el ataque frontal, aniquilador.
Pero no, aquí fueron agentes ministeriales los que abrieron las acciones provocando el enfrentamiento en el que se detonaron armas de muy alto calibre. Agentes que mas tarde serían reforzados por elementos del Ejército y Marina cuyas fuerzas no lograban someter a los delincuentes que mantenían en su poder al secuestrado.
Fue necesario utilizar a una mujer, familiar de uno de los delincuentes, para que lo conminara a entregarse con el acuerdo previo con la Ministerial de que se le respetaría la vida.
Y se logró lo primero, pero según el testimonio de la misma mujer, no se respetó el acuerdo y el secuestrador fue asesinado por un agente ministerial. A mansalva.
Dentro se encontró el cuerpo del secuestrado, Ernesto Valdez Solano, muerto de dos balazos en el pecho.
Quien lo mató?.
Según la versión del Procurador Marco Antonio Higuera, Valdez Solano había muerto antes de iniciado el operativo, es decir, culpa a los secuestradores del asesinato.
Sin embargo, no se dan detalles del calibre de las balas que lo mataron, ni la hora del fallecimiento basada en dictámenes del médico legista, lo que se presta a dudar del dicho del funcionario.
De que los otros dos sujetos muertos en estos hechos y los detenidos previamente integraban una peligrosa banda de secuestradores con crímenes anteriores en su haber, no hay duda.
De lo que tampoco hay dudas es del fracaso del operativo para rescatar a un ciudadano que había sido secuestrado.
Hay verdades a medias y permanecerán así hasta que se den a conocer los detalles periciales del caso. Si es que los dan y con veracidad no distorsionados o maquillados.
Y todavía, ante la falta de credibilidad que tiene el señor que cobra como Procurador pero que solo procura en negocios a través de su bufete, mas no justicia para la sociedad victima de la delincuencia, quedarán dudas.
Otro aspecto que merece ser analizado son las reacciones que este caso provocó: más de curiosidad que de terror.
Llaman la atención los videos y audios grabados por niños y jovencito(a)s vecinos del lugar del enfrentamiento, pero más todavía sus expresiones denotando mas sorpresa y diversión que temor, sosteniendo con mano firme el celular con el que grababan lo que ocurría.
Que sucede?
Por una parte, ¿se ha perdido la capacidad asombro y nuestros jóvenes ven con naturalidad este tipo de sucesos?
Por otra parte, los elementos de la Ministerial que tanto ha sido reconocida por el gobierno y algunos empresarios (que dirán ahora?) vuelven a demostrar incapacidad para actuar con inteligencia.
En este, como en otros casos hay dudas. Las verdades parecen ser a medias!