Los Puntos Sobre las ÍES… Semanario No. 1680

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Herencia maldita…!

Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá. Horacio

Los recientes sucesos que han sacudido a Sinaloa, sumándose a los cotidianos crímenes, confirman lo que en diferentes ocasiones, durante casi todo el sexenio pasado, hemos venido sosteniendo en nuestros artículos y columnas: la corrupción ha corroído las entrañas de las corporaciones de seguridad pública, además de los diferentes niveles de gobierno del Estado.

Algo como una herencia maldita, aunque suene a título novelesco, que dejó a los sinaloenses y al hoy Gobernador Quirino Ordaz Coppel su antecesor Mario López Valdez que, mientras el Estado es sacudido por las acciones de la delincuencia organizada, pasea su cinismo en territorio norteamericano en lujoso auto Maseratti comprado con dinero robado a los sinaloenses.

Aclarado está que el auto, aparentemente, no es suyo sino de uno de sus compinches, Bernardo Cárdenas Soto, ex sub secretario de gobierno, que además posee una lujosa mansión en privilegiado sector de San Diego, California.

Lujos que no podría obtener solo con los sueldos devengados en el sexenio. Como igual ocurre con otros ex funcionarios y el mismo Malova que tienen residencias en el vecino país.

Pero, volviendo al tema:

El caso de los ocho jóvenes detenidos por agentes de la policía municipal en la colonia CNOP de Culiacán y luego entregados a un grupo de individuos armados, en lo que todo indica que se trató de una entrega acordada o un rescate en donde los policías actuaron mansamente sin asomo de oposición, sino mas bien de dócil colaboración.

Entrega o rescate acordados…?

No se aplacaba el escándalo por este hecho cuando se conoce la fuga del pomposamente llamado Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito (CECJUDE) cinco peligrosos delincuentes encabezados por Juan José Esparragoza Monzón, “El Azulito”, quien apenas había sido capturado el 19 del pasado mes de enero.

Una fuga planeada con anticipación, ya que otro de los fugados, Alfonso Limón Sánchez que se encontraba en el penal de alta seguridad de Puente Grande obtuvo amparo de juez federal para ser regresado a Aguaruto y reunirse con su jefe “El Azulito”.

Antes, otros dos jueces federales otorgaron amparo a Esparragoza y los otros tres sujetos para evitar ser llevados también a penales de alta seguridad. Jueces federales que por mas justificación legal que se argumente, bien sabían de quienes se trataba los demandantes.

En Aguaruto había mas facilidades para la fuga.

Pero mientras llegaba el momento oportuno, Esparragoza disfrutaba de lujosas comodidades en el penal: salas, televisores grandes de plasma, refrigerador, drogas, mujeres, alcohol, etc. Una celda convertida en casi una suite de hotel 5 estrellas.

Todo con la complicidad de las autoridades penitenciarias, que incluso les facilitaron la salida por la puerta principal.

Este caso termina por exhibir el grave problema la corrupción imperante en los diversos niveles de la seguridad pública.

Corrupción alentada por el disimulo o la complicidad del gobierno que encabezó Mario López Valdez.

Complicidad por voluntad u omisión que abarca desde el hoy ex Procurador de Justicia hasta la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y quizá niveles mas altos del gobierno malovista.

Complicidad que protegió a los jefes y elementos policiacos acusados de muchos hechos de abuso y corrupción, desde robos, hasta desapariciones forzadas o “levantamientos” y asesinatos.

Y de todo ello debió haberse enterado el responsable del gobierno estatal, Mario López Valdez, pero él estaba mas interesado en quedar bien con los cuates que le ayudaban a exprimir las arcas estatales, acosar a sus supuestos enemigos políticos, realizar obras de relumbrón que algunas ya son inoperantes, y saquear al Estado.

Ahí están los mas de 15 mil millones de pesos que andan volando, mientras el señor disfruta de la buena vida demostrando un importamadrismo de alto nivel por lo que dejó en Sinaloa.

Ahí están los grupos del crimen organizado asesinando impunemente, contando con la complicidad de elementos que aun forman parte de las corporaciones policiacas, y retando a las fuerzas armadas que han venido a contribuir en la lucha contra esos grupos.

Lucha que solo podrá tener éxito detectando y procediendo contra los elementos corruptos que permanecen en el servicio policíaco estatal y municipales.

Pero la sociedad sinaloense no demanda solo eso, no nada mas atacar de frente a la corrupción y a la delincuencia, sino también castigo para quienes saquearon al Estado y alentaran con sus actitudes de disimulo y complicidad la corrupción y el engallamiento de los grupos de la llamada delincuencia organizada.

Esa demanda de la sociedad sinaloense debe llevar incluido el apoyo a un Gobernador que recibió un gobierno casi en quiebra y corroído por la corrupción y quien está obligado a proceder contra los corruptos.

Considero que Quirino Ordaz está haciendo lo posible y no bastan cien ni doscientos días para erradicar los problemas fuertemente enraizados.

Pero el esfuerzo debe hacerse y creo que se hace.

Prueba de ello es el regreso del Gral. Salvador Cienfuegos y el acuerdo para reforzar la presencia de las fuerzas armadas y sus acciones, así como los compromisos del Secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong encaminados a apoyar al gobierno de Quirino y a Sinaloa para recuperar la tranquilidad de los sinaloenses.

Pero mientras, la herencia maldita que dejó Malova está presente teniendo a Sinaloa al borde de una crisis mayor.

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